A cuatro meses del gobierno de PPK: más represión y saqueo

lucha

Manifestantes asesinados en el campo, robo de los recursos públicos, más precarización de las condiciones de trabajo, corrupción de funcionarios, tratados de saqueo imperialista, persecución y represión de estudiantes, obreros y pobres del campo y la ciudad. Ese es el resultado de los primeros meses del gobierno de PPK, es decir, del nuevo rostro del régimen militar-policial que domina el país.

Los campesinos pobres que dieron su vida enfrentando el saqueo de las transnacionales y los jóvenes trabajadores que combatieron en las calles el régimen laboral explotador, fueron llevados a las urnas para elegir entre dos de sus verdugos. Así, gracias al voto de la izquierda reformista del Frente Amplio (FA), con Verónica Mendoza y Marco Arana a la cabeza, PPK le ganaba las elecciones presidenciales a Keiko Fujimori; días después se instalaba el gobierno del representante de los intereses de los banqueros de Wall Street, asegurando los recursos y la sangre de esta semicolonia para los planes de saqueo y explotación del imperio norteamericano, Japón y las potencias europeas

Cuando el FA llamaba a votar por el “mal menor”, o contra la “dictadura”, es decir, a elegir a PPK, lo hacía bajo el discurso de salvar al país de la corrupción y la violencia. Sin embargo, en pocos meses hemos sido testigos de la falsedad de esta política. No solo no ha cambiado nada, sino que bajo este gobierno dos campesinos han sido asesinados; el primero en Cotabambas enfrentando el proyecto minero “Las Bambas”, el segundo en Pataz mientras los ronderos luchaban contra la minera Horizonte. La policía asesina del régimen disparó a matar y los campesinos desarmados se replegaron, dejando decenas de heridos. La violencia contra los pobres no termina, por el contrario, la vicepresidenta de PPK, Mercedes Araoz, ya es conocida por auspiciar masacres como la de Bagua, cuando era ministra de la APRA.

Bajo la explotación de la burguesía, los recursos del estado se convierten en el botín de empleados corruptos, es de esperarse que con la administración del lobista PPK, el enriquecimiento de funcionarios, a costa de las necesidades del pueblo trabajador, continúe. El “negociazo” en el sector salud entre la Iglesia Católica y el ex asesor presidencial Carlos Moreno es uno de los primeros casos de corrupción de este gobierno. Sacar provecho de las necesidades de un pueblo que sufre enfermedades, en un país que destina escaso presupuesto para el sector salud, donde las medicinas se encarecen por el control de los monopolios farmacéuticos y los pobres no pueden ni acceder a una posta médica condenados a morir en lugares alejados, se convierte en uno de los actos más condenables que nos recuerda los peores años del gobierno de Fujimori. No hemos sido salvados de la corrupción votando por PPK. Finalmente, la corrupción es una forma de privatización, pasar algo público a manos privadas, y en privatizaciones PPK es experto, su apoyo reciente a la reforma de salud de Humala lo demuestra. PPK es privatización, corrupción y saqueo.

Hay que recordar que PPK no solo estuvo a favor del régimen laboral juvenil, sino que quiso ampliarlo a más sectores. Ahora está llevando adelante este plan. La burocracia traidora de la CGTP ya ha salido a dar la voz de alerta porque el Ministro de Trabajo anunció una serie de medidas que precarizan más las condiciones laborales de la juventud; no se trata solo de procesos administrativos para facilitar el alquiler de la mano de obra barata; es una reforma laboral para ampliar el sistema de contratación a tiempo parcial que deja sin beneficios a los trabajadores. Así, el estalinismo, una vez más, ha traicionado a la clase obrera peruana, pactando con PPK para que gane las elecciones, vendiendo ilusiones a los trabajadores textiles, del régimen agrario y los tercerizados de las contratas. Kuczynski no ha venido a cambiar nada, sino a profundizar la explotación de los trabajadores dejando los regímenes especiales intactos y engrosando las filas de las masas que mueren de hambre.

Las leyes fujimoristas vigentes desde los 90’s, no han bastado para reprimir y perseguir al pueblo trabajador, cada gobierno se ha encargado de endurecer más el régimen. Una serie de leyes como la 30151 de licencia para matar manifestantes, los dispositivos en el Código Penal para levantar los cadáveres sin presencia del fiscal, los escuadrones de la muerte en algunas regiones del país, la declaración de Estado de Emergencia en el Callao y zonas de conflicto para “enfrentar la delincuencia” o “restablecer el orden”, el aumento de sueldo a las fuerzas represivas, y todas las leyes “antiterroristas” que se discuten, solo han servido para fortalecer la dictadura bonapartista del capital. Por eso se persiguen hasta los muertos en un mausoleo en el distrito de Comas; PPK ya ha declarado que debe ser destruido y Marco Arana como vocero del FA “exhorta a las autoridades del Ejecutivo y todas las fuerzas políticas a mantener una firme actuación de rechazo al terrorismo, combatiéndolo política, ideológica y penalmente”, respaldando dispositivos totalitarios como la ley fujimorista contra la “apología del terrorismo”, una ley que censura ideas y expresiones diferentes a las del régimen, ley que demuestra que ni siquiera existe plena libertad de expresión en este país.

El FA también desfilaba en la marcha de “NIUNAMENOS” junto a fujimoristas como Cecilia Chacón y la asesina de campesinas Mercedes Araoz. No les importa marchar con los terroristas de la CONFIEP, pero expulsan a los “violentistas” que critican su oportunismo; no tienen problemas en sentarse en el parlamento y legislar con la derecha bajo la constitución de uno de los más grandes genocidas del pueblo peruano. Toda esta política colaboracionista solo ha servido para fortalecer el control de los fujimoristas de las instituciones del Estado, no extraña entonces que en el directorio del BCR se hayan elegido fervorosos fujimoristas, mientras el FA se rasga las vestiduras hipócritamente. Como advertimos en su momento entre Keiko y PPKeiko no existen deferencias, se formaría un gobierno de coalición, y eso tenemos ahora, ¿de qué se quejan entonces? Aquí los verdaderos mentirosos son los oportunistas del FA desde la burguesía de Vero y Arana, hasta sectas pequeño-burguesas como “Pueblo Unido”, que han sufrido bipartición bacteriana para disputarse mejor el próximo botín electoral. Aunque no han ganado ni las elecciones primarias, hay que reconocer que voluntad no les falta. Anarquistas y falsos trotskistas, por su parte, les hacen el juego con su infantilismo y oportunismo de siempre.

Qué significa la dictadura, sino es que gobierne el ejecutivo bajo la casta militar y policial para garantizar la política que se planifica desde Washington. Es decir, la dictadura del capital financiero se impone en los países atrasados bajo una forma más sincera, descarnada. De eso se trata cuando PPK pide facultades al congreso para legislar en economía y seguridad, es decir, para decidir sobre los temas importantes; el gobierno se quita la máscara “democrática” y los dueños del país deciden su futuro. Y para que las burguesías locales se peleen las migajas del imperio junto a la aristocracia obrera, el FA se convierte en una oposición positiva no obstruccionista jurando bajo la constitución de la dictadura que critican de palabra y legislando junto a la mayoría fujimorista y el régimen del Estado burgués, engañando a los pobres con falsas promesas, porque finalmente son todos reciclados del humalismo y el toledismo.

En conclusión, nos llamaron a votar por el que “mate y robe menos”. En eso se resume la estúpida política de los dirigentes del FA, su traición se ha expuesto, pero no ha terminado. Ahora los vemos divididos luego de vociferar “democracia, juventud y renovación”; el ala derecha va con Vero, los de izquierda con Arana, no les importan ni sus propias bases, todo lo deciden desde arriba, arman sus propios juicios de Moscú, despiden gente como si de sus empresas se tratara, estamos ante la “nueva izquierda” de los mismos Dammert y Francke que hace 40 años vienen engañando a las masas. Antes “zorros o libios”, “moscovitas o pequineses”; hoy “de Vero o Arana”, así se ha elevado la discusión ideológica en las filas del reformismo. Ahora se dividen, pero en la víspera del 2021, los veremos tendiendo puentes, olvidando injurias y formando frentes, porque para estafar también la unión hace la fuerza. Que la vanguardia no olvide esta advertencia.

De qué sirve esta “democracia” que defiende el FA en las urnas, si los tratados imperialistas, la explotación de los trabajadores, el encarecimiento de la salud y las restricciones de la libertad aún continúan. PPK está a favor del TPP y en la última cumbre del APEC, realizada en Perú, las potencias han venido a dar su respaldo al viejo banquero de Wall Street. Ya con el TLC perdimos cuotas de soberanía, llevando a la quiebra a los pequeños productores y garantizando esta política con más bases militares extranjeras como la de Palmapampa en el VRAE. Además, seguimos encadenados a una fraudulenta deuda externa que pagamos por adelantado a costa de la quiebra de la nación y los reducidos recursos para salud, educación y vivienda.

La economía de un país no depende de sus gobernantes, nos encontramos bajo el capitalismo, en su última etapa, la del poder de los monopolios, y en este sistema las potencias mundiales se disputan el mercado y el control de las semicolonias. El gobierno, incluso en la más democrática de las repúblicas burguesas, solo sirve para administrar estos negocios, el imperialismo lo tiene claro, por esta razón ningún presidente bajo este régimen de explotación asalariada realizará algún cambio serio en el sistema, las políticas actuales son el resultado de esa dominación del capital financiero y no dependen de la buena o mala voluntad del gobernante de turno.

Por eso el FA no ha servido en absoluto para hacer frente a esta política y menos para derrotarla. Los nacionalistas burgueses fuera del FA como Gregorio Santos o Vladimir Cerrón han demostrado también su incapacidad, ya han sido presidentes regionales de los pueblos más pobres del país y sin embargo, las cosas siguen igual. Su apuesta por la vía pacífica a una mejora de las condiciones de los explotados no ha funcionado en ninguna parte del mundo, y menos en Latinoamérica donde las masas combatieron al imperialismo entregando su vida pero los jefes del “socialismo del siglo XXI” las contuvieron con engaños para salvar el capitalismo. Ahora que el sistema necesita profundizar el saqueo, los bolivarianos vienen cediendo cada una de las conquistas de los trabajadores.

Eso está haciendo Correa en Ecuador tras rematar el oro de su pueblo a la Golmad Sachs y firmar convenios internacionales con las potencias europeas para garantizarles mercado aunque esto quiebre al pequeño productor y los alimentos queden en manos de los monopolios. La crisis en Venezuela evidencia también el fracaso del modelo bolivariano de Chávez, conflicto que viene siendo aprovechado por los representantes de la burguesía, porque los dirigentes de los trabajadores también son chavistas y no pueden ofrecer una alternativa verdaderamente socialista a la crisis. Todo esto se viene haciendo con el auspicio de los líderes en La Habana, que han terminado de entregar las conquistas del pueblo cubano a EEUU, restableciendo la embajada norteamericana en la isla.

El bonapartismo, es una carta más del sistema, al igual que los Frentes Populares que unieron a los trabajadores a sus burguesías locales, como sucedió en Grecia. Incapaces de solucionar la crisis, los explotados no encuentran salida a su miseria y el tiempo de acorta, por eso el capital financiero arma las bandas fascistas en Ucrania para prevenir el paso al viejo continente de las revoluciones que sucedían en Medio Oriente, mientras sus agentes masacran a los pueblos árabes levantados en armas. La burguesía internacional hace uso de sus recursos, y el reformismo le sirve conteniendo a las masas en la trampa electoral como en Túnez o siendo cómplices del genocidio como en Siria.

El proletariado peruano no tiene otra salida, más que unificar sus fuerzas en un gran congreso nacional de todos los explotados, encabezado por el movimiento zonal refundado desde las bases, para votar un solo plan de acción y luchar así por sus propios intereses como clase oprimida. Se debe convocar a los soldados rasos y poner en pie comités de autodefensa, emulando a los Espartambos de Arequipa, para enfrentar al régimen asesino de PPK y su policía mercenaria. Se hace necesario un partido revolucionario de los trabajadores que desenmascare al reformismo y prepare una lucha decidida de las masas contra sus opresores, que pueda unir a los sectores explotados del continente y del mundo bajo el internacionalismo proletario que defendieron los padres del socialismo moderno, este es el camino para poner fin a los padecimientos de los trabajadores. La Cuarta Internacional es la única fuerza revolucionaria capaz de llevar a cabo estas tareas; bajo el estalinismo y el reformismo de todo color el pueblo explotado seguirá sufriendo más traiciones y decepciones, como ya lo ha demostrado la Historia miles de veces. Su refundación es la clave de nuestra próxima victoria.

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *