¡Abajo la agresión imperialista contra Irán!

El imperialismo yanqui, siguiendo su política estatal de intervención militar en el mundo para defender sus intereses, ha atacado ahora Irán, de forma directa, después de que Israel, su sicario en Medio Oriente, atacara primero de forma cobarde, sin declaración de guerra siquiera.

Todo ese verso de un orden internacional democrático liderado por la ONU, se ha hecho pedazos con cada bombazo del yanqui-sionismo sobre niños y madres gestantes en hospitales, colegios y centros de alimentación. ¿Y tanta muerte para qué? Para robar el petróleo y gas de Irán y convertir Gaza en un balneario más de los millonarios. Y es que así funciona el capitalismo en su fase final, última, crepuscular. Como un enfermo terminal al que le inyectan más y más fármacos para sobrevivir, así el capitalismo necesita dosis cada vez más altas de guerras y genocidios para subsistir.

Así, detrás de la lucha de nacionalidades, subyace la lucha de clases, la lucha entre una minoría de explotadores y una masa mayoritaria de explotados. Por esta razón, no se le puede encargar al gobierno burgués-teocrático de Irán, la tarea de derrotar a la burguesía militarista de la los EEUU, con quien siempre estará dispuesta a pactar y negociar. Ningún gobierno burgués puede ser hoy ni progresista ni antiimperialista, ni el de Putin, ni el de Maduro, ni mucho menos el gobierno de los Ayatolás.

Por el contrario, para destruir la maquinaria colonialista solo se puede confiar en las fuerzas de los trabajadores, reprimidos brutalmente por estos mismos gobiernos “progresistas”. Lo vimos en Rusia, en Venezuela, pero también en Irán donde centenares de mujeres proletarias fueron asesinadas hace unos años en protestas masivas contra la imposición patriarcal del velo. Evidentemente, se debe apoyar la resistencia armada de la nación oprimida, pero esto no supone un apoyo político a su oficialidad burguesa, por el contrario, se debe alentar el desarrollo de la revolución proletaria socialista, única garantía real contra el imperialismo.

Mientras falsos socialistas subordinan a las masas al ala “democrática” de la burguesía, los verdaderos revolucionarios internacionalistas, planteamos un camino de lucha independiente, uniendo los combates de los explotados en todo el mundo, combates como los de Los Ángeles, en el corazón mismo de la bestia imperialista.

En 1917, en Rusia, se conquistó una verdadera revolución socialista, traicionada y burocratizada por Stalin y sus secuaces unos años después, no obstante, su recuerdo sigue vivo e inmortal en el corazón y la memoria de la vanguardia proletaria. Debemos retomar este camino para para de una vez por todas con tantas guerras e genocidios.

¡POR UNA FEDERACIÓN DE REPÚBLICAS SOCIALISTAS SOVIÉTICAS DE MEDIO ORIENTE!

¡POR LA REFUNDACIÓN DE LA CUARTA INTERNACIONAL!

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