Las Bambas: la lucha contra la minería transnacional continúa
Ya bajo el gobierno de Humala fueron asesinados campesinos de Cotabambas en el departamento de Apurímac, por interés directo de la trasnacional estatal china MMG, dueña mayoritaria del proyecto de cobre “Las Bambas”. Ahora con PPK, nuevamente se derrama sangre campesina inocente.
Apurímac es el departamento más atrasado del Perú: el 88% de sus habitantes vive en la pobreza. Por otro lado, el 71% no cuenta con agua potable y el 96% carece de desagüe; solo existe un médico por cada 800 pobladores[1]. Los campesinos de esta parte del país viven entonces en condiciones extremas junto a proyectos mineros multimillonarios del que no reciben ningún beneficio.
La principal demanda de estas comunidades es detener la circulación del transporte de carga que sirve al proyecto minero Las Bambas, ya que genera olas de polvareda que afectan sus cultivos y su respiración. En un principio se propuso usar un mineroducto pero esto fue abandonado con el cambio de dueños, diseñándose leyes a la medida de sus intereses. Si bien una empresa estatal china maneja el proyecto, sabemos que el Estado chino no es más que un intermediario del capital financiero concentrado en Wall Street. Es el imperialismo norteamericano, entonces, el que está realmente detrás de este proyecto que ha causado casi una decena de muertos desde su aparición el año 2004.
El proyecto no solo afecta a la región de Apurímac, sino también a la provincia de Chumbivilcas, en Cusco, cuyos pobladores también se encuentran en pie de lucha. La dirigencia campesina de Cotabambas, por su parte, ya ha firmado una tregua con el gobierno de PPK que se vence este siete de diciembre. Se trata de una trampa para desgastar su lucha y preparar una nueva ofensiva militar-policial que los haga retroceder de forma definitiva. El Perú es un proveedor de minerales para beneficio de las potencias y este rol no va cambiar bajo el capitalismo, ni mucho menos bajo el gobierno de PPK. El proyecto Las Bambas, como el de Tía María o Conga, va sí o sí para la burguesía; si los campesinos bajan la guardia serán aplastados.
La izquierda reformista solo sabe lamentar los muertos pero no ofrece ningún programa de lucha que realmente cambie la situación a favor de los explotados que dicen representar. La unidad con el resto del movimiento campesino es fundamental, pero también con los obreros, especialmente los asalariados del socavón que la izquierda ecologista desprecia. Expropiando sin pago y bajo control obrero, las minas y pozos petroleros, será posible parar la contaminación y poner estos recursos al servicio de la industrialización y progreso del campo. Hay que traer abajo las transnacionales y la deuda, tratados y bases militares del imperialismo.
Si los explotados siguen desarmados, serán eternamente masacrados y derrotados. Hay que seguir el ejemplo de los Espartambos y del Baguazo. Hay que unir a todos los explotados y soldados en un gran congreso nacional de lucha encabezado por el movimiento zonal refundado. Este combate debe ser internacional como son las mineras y petroleras del imperialismo. Bajo la dirección del reformismo solo contaremos más derrotas, necesitamos un partido obrero revolucionario, necesitamos de la Cuarta Internacional.
[1] <http://elcomercio.pe/sociedad/apurimac/promesas-que-humalismo-no-cumplio-bambas-noticia-1942950>