NI FUJIMORISMO, NI CHAVISMO: ¡VOTEMOS POR LA REVOLUCIÓN!

Según los últimos resultados oficiales de la ONPE, el profesor Pedro Castillo de “Perú Libre” ocupa el primer lugar en esta primera vuelta electoral con 19% de los votos, seguido de Keiko Fujimori con 13%, Rafael López Aliaga y Hernando de Soto con 12%, y Yohny Lescano y Verónika Mendoza con 9% y 8% respectivamente. Una lectura superficial de estos resultados nos haría pensar que el país ha dado un serio y sorpresivo giro a la izquierda gracias a la “victoria” de Castillo. Sin embargo, si la contabilidad se hace por tendencias políticas, el panorama es muy distinto.

Hace un mes señalamos que el país transitaba en un escenario político-electoral “marcado por dos grandes tendencias: una vinculada a la ‘revolución del bicentenario’ contra la vacancia de Vizcarra, ‘revolución’ respaldada por todos los reformistas; y una tendencia contra esta ‘revolución’, tendencia alimentada con el escándalo del Vacunagate pero explotada por la ultraderecha, debido al apoyo de los reformistas a Vizcarra y a Sagasti[i]. Y efectivamente, los resultados de la primera vuelta confirman este análisis. Si se suman los porcentajes de los tres candidatos de ultraderecha (Keiko, De Soto y López Aliaga) estos alcanzan un 34% de los votos, casi el doble del porcentaje obtenido por Castillo. Sin embargo, Castillo, vinculado al “golpista” Antauro Humala, sí se mantendría por encima de los dos candidatos de la “revolución del bicentenario”, Lescano y Mendoza, cuyos porcentajes sumados solo llegan al 17%. Es decir, el verdadero vencedor de esta contienda es la ultraderecha, y el gran perdedor, la “revolución del bicentenario”.

Y es que este tipo de marchas reaccionarias, surgidas de la confusión y desesperación política de la clase media, así como estallan se desploman, de un día para otro. La corrupción de Vizcarra, destapada por el Vacunagate[ii], destruyó inmediatamente la imagen que el periodismo liberal y la burocracia sindical ayudaron a fabricar para este empresario de la construcción y la corrupción. Socialdemócratas, estalinistas y falsos trotskistas apoyaron su golpista cierre del parlamento, y luego apoyaron la “revolución del bicentenario” contra su vacancia, sosteniendo finalmente al gobierno vizcarrista de Sagasti que lo primero que hizo fue sobrendeudar el país y masacrar a los trabajadores de la Agroindustria. Así, cuando estalló el escándalo de las vacunas, las masas encontraron a los reformistas colgados del gobierno de Sagasti, y a la ultraderecha como única oposición. Esto es lo que explica la resurrección de Keiko y el ascenso de personajes tan reaccionarios como De Soto y López Aliaga.

Asimismo, debido a que el vizcarrismo estuvo asociado al feminismo liberal, su caída también trajo abajo la imagen de este último, lo que explica que incluso un izquierdista como Pedro Castillo pueda defender abiertamente los valores del patriarcado capitalista sin perder votos. El sorpresivo ascenso de Castillo se debe también a la caída de Vizcarra, que inmediatamente rehabilitó a las bancadas que habían promovido su vacancia, entre ellas la de Unión por el Perú, partido asociado a Antauro Humala, aliado de Castillo y Perú Libre de Vladimir Cerrón. Estas organizaciones del centro y sur campesino del país, se mantuvieron además al margen de la “revolución del bicentenario”, concentrada en la capital y las urbes costeras[iii]. Así, el Vacunagate no las afectó, por el contrario, alimentó su discurso chavista contra el “neoliberalismo”.

Ahora bien, ¿qué puede ofrecernos un chavista, después del desastre de la Venezuela bolivariana de Nicolás Maduro[iv] y el fraude del “capitalismo andino-amazónico” de Evo Morales[v]? Solo más falsas promesas. En primer lugar, Castillo ni siquiera es un chavista orgánico, hace poco nada más figuraba como militante del partido del ex presidente y hoy prófugo Alejandro Toledo. Se trata de un oportunista electorero que como dirigente del SUTEP traicionó la última gran huelga del gremio el 2017, prefiriendo aliarse con el fujimorismo que con las bases obreras y campesinas en pie de lucha como denunciamos en su momento[vi]. Sus propuestas ni siquiera se parecen a las del Humala del 2006 (nacionalización de recursos, etc.), si no más bien a las del 2011 (minería con “regulaciones”, etc.). Para tranquilizar a la CONFIEP ha aclarado que no solo respetará la propiedad privada, sino también los beneficios tributarios que gozan actualmente las grandes empresas y fortunas del país.

Se trata de un chavista tardío como López Obrador o Alberto Fernández, tan “moderados” y conciliadores que ya no muestran casi ninguna diferencia con los gobiernos “neoliberales” que dicen combatir. Peor aun cuando, frente a la segunda vuelta, necesitaría moderar todavía más su discurso para ganar votos. Y es que así se mueve el oportunismo, como hoja seca agitada por el viento. Los revolucionarios por el contrario asentamos nuestra posición no en modas pasajeras, sino en sólidas bases materialistas. Combatir tanto al fujimorismo como al chavismo no es utopía, es realismo político. ¿O acaso alguien puede dudar del fracaso de un eventual gobierno de Castillo? Ya sin gobernar se ha puesto a los pies de la CONFIEP, en el poder lo veremos incluso masacrar huelguistas e indígenas como Evo Morales hizo en Bolivia con los mineros de Huanuni o los campesinos del TIPNIS. La lucha por los derechos democráticos de la mujer trabajadora y los trabajadores no heterosexuales encuentra un enemigo también en el Frente Popular de Castillo.

La situación es clara: debemos llamar a viciar el voto y a marchar en las calles, contra la cuarentena militar del hambre y el negocio con la pandemia, como en Líbano, Myanmar y Paraguay. Sin embargo, apenas se supo que habría una segunda vuelta entre Keiko y Castillo, los reformistas de todos los colores ya empezaron a declarar que votarán por el candidato “progresista”. Y es que así es como el reformismo cumple su rol al servicio de la burguesía, subordinando a las masas obreras y campesinas al “mal menor”, desviándola de su camino hacia la toma revolucionaria del poder. Los verdaderos trotskistas, seguiremos alentando la lucha callejera de los explotados, llamándolos a autoorganizarse y armarse para derrocar a la clase explotadora, expropiándola para poner las fuerzas productivas al servicio de los verdaderos productores, los trabajadores. Solo con la revolución socialista mundial, los trabajadores del campo y la ciudad podrán satisfacer todas y cada una de sus más sentidas demandas.

¡ABAJO LA TRAMPA ELECTORAL!

¡POR UN PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO!

¡POR LA REFUNDACIÓN DE LA CUARTA INTERNACIONAL!


[i] https://zonaobrera.wordpress.com/2021/03/17/abajo-la-trampa-electoral-2/

[ii] https://zonaobrera.wordpress.com/2021/02/21/vacunas-para-los-ricos-cuarentena-para-los-pobres/

[iii] https://zonaobrera.wordpress.com/2020/11/18/revolucion-anti-corrupcion-o-movilizacion-anti-vacancia/

[iv] https://nrci.org/blog/2017/10/16/venezuela-la-crisis-del-capitalismo-del-siglo-xxi/

[v] https://nrci.org/blog/2020/01/25/el-capitalismo-latinoamericano-al-descubierto-mitos-y-verdades-sobre-las-economias-neoliberales-y-bolivarianas/

[vi] https://zonaobrera.wordpress.com/2017/09/04/el-maoismo-lo-hizo-otra-vez-nueva-version-de-patria-roja-traiciona-la-huelga-magisterial/

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *