¡NINGÚN APOYO A VIZCARRA Y SUS LEYES CONTRA LOS TRABAJADORES!
- El gobierno de Vizcarra de la mano del congreso disuelto de mayoría fujimorista, han venido aprobando en los últimos años una serie de leyes para profundizar la explotación capitalista de los obreros, el saqueo imperialista de las transnacionales y la privatización del agua, la educación y la salud. La más reciente de todas es la ley 247 aprobada hace solo unos meses atrás. Todas y cada una de las protestas del pueblo pobre contra esta política criminal han sido brutalmente reprimidas como ha sucedió en Arequipa e favor del proyecto Tía María. Cientos de explotados están procesados por luchar y dirigentes reformistas como Walter Aduviri ahora están presos por haber encabezado una lucha contra un proyecto minero hace casi 10 años atrás. Los dirigentes reformistas del Baguazo están a punto de ser condenados a cadena perpetua. El gobierno de Vizcarra de la mano de Fuerza Popular y los demás partidos fujimoristas (APRA, APP, Contigo, AP, etc.), vienen emprendiendo conjuntamente esta ofensiva al servicio de la CONFIEP y el imperialismo y, por tanto, sus diferencias en torno a otras cuestiones (corrupción, TC, ley universitaria, etc.) son absolutamente secundarias.
- Para los obreros y campesinos pobres conscientes no existe, entonces, una diferencia esencial entre Vizcarra y los fujimoristas. El odio de clase de los obreros a la mafia fujimorista está más vinculado a la liquidación de los derechos laborales que a la cuestión de la corrupción o incompetencia de sus congresistas y por tanto se extiende por igual a Vizcarra y sus leyes anti-obreras. El problema de la corrupción de funcionarios es la principal preocupación únicamente de la pequeña-burguesía urbana y su juventud universitaria que no sufre directamente ni las leyes esclavistas de Vizcarra ni la contaminación minera de la tierra, el agua y el aire. No es que los obreros sean indiferentes al problema de la corrupción, sino que jamás podrían creer que el mismo gobierno que les refuerza las cadenas de su esclavitud tenga la buena intención de dar solución a un problema que se arrastra desde la fundación misma del Estado burgués. La corrupción es inherente al sistema capitalista y por tanto es imposible que un gobierno burgués le ponga fin, peor aún si se trata de un gobierno de derecha que a cambio de dar algunos golpes a unos cuantos políticos reaccionarios deja libre al jefe de todas las mafias, Odebrecht, para que siga operando en Perú y todavía con 524 millones de soles devueltos por el Estado. Todo con el fin de ganar el apoyo de la clase media para continuar con su ofensiva contra los trabajadores y contra esa misma pequeña-burguesía pobre que ahora lo respalda.
- Ahora bien, si Vizcarra hubiera impuesto el adelanto general de elecciones, se podría pensar que de verdad se vio forzado a conceder algo como resultado de las luchas callejeras contra el congreso y su gobierno. Sin embargo, lo que se impuso finalmente es la concentración temporal del poder en sus manos por medio del cierre constitucional del congreso, constitucional en el sentido de que la medida fue perfectamente coherente con la constitución golpista de 1993, una constitución que a diferencia de las anteriores facilita el cierre golpista del congreso. Los generales de las fuerzas armadas, por tanto, no sintieron la necesidad de sacar los tanques esta vez, limitándose a enviar a la policía, ya que este nuevo autogolpe era perfectamente compatible con la carta magna que ellos mandaron redactar hace 27 años atrás mientras asesinaban miles de obreros, campesinos y estudiantes. Esos reformistas que nos quieren hacer creer que el cierre parlamentario de Vizcarra es una medida “democrática” por estar acorde con la constitución de la dictadura, bien merecen ser llamados agentes abiertos del fujimorismo en las filas del movimiento obrero; están escupiendo en las tumbas de nuestros mártires.
- Comparar el cierre del congreso en Perú bajo una democracia tercermundista fraudulenta con el cierre del congreso en una verdadera democracia burguesa parlamentaria como la de Inglaterra, es renegar de las tesis más elementales sobre la división del mundo en países avanzados y países atrasados dominados por el imperialismo. Como dijo Trotsky la democracia parlamentaria es un lujo solo de algunas metrópolis (Inglaterra, Suiza, etc.). En los países atrasados lo que se impone es el colonialismo o la dictadura militar-policial. El llamado “régimen presidencialista” (bonapartismo semi-parlamentario) es en realidad un régimen intermedio entre la democracia parlamentaria y la dictadura militar-policial (bonapartismo puro). Esto quiere decir, que la mera existencia de parlamento no define al régimen, ya que puede tratarse de una dictadura colonial con parlamento (Puerto Rico, Palestina, etc.), una dictadura cívico-militar con parlamento (Siria, Cuba, etc.) o una dictadura presidencialista con parlamento (Perú, Rusia, etc.). Por lo tanto, no hay punto de comparación entre el cierre del congreso en una república parlamentaria (efectuado por un gobierno parlamentario), al cierre del congreso en una república no-parlamentaria (“autogolpe”). Esto último significa ya una concentración total del poder en manos del presidente de la república aproximándose a una verdadera dictadura militar aun cuando sea con la promesa de convocar nuevas elecciones. Lo que pasa es que para estos traidores, desde la caída de Fujimori el 2000, Perú se transformó mágicamente en una semi-colonia “democrática” porque se establecieron elecciones “libres”. Lo cierto es que Perú firmó un TLC con EEUU para permitir el ingreso legal de su ejército cuando lo considere necesario y de hecho ya existen hace tiempo casi una decena de bases militares yanquis a lo largo y ancho del país. Esta es la democracia colonialista que defienden los reformistas que apoyan este cierre parlamentario aprobado por la embajada de los EEUU.
- Ni aún en el caso supuesto de que un gobierno burgués de izquierda sea el que cierre un congreso burgués de derecha se justifica el apoyo del proletariado a ese gobierno burgués. Como dijo Trotsky: “Tanto la experiencia histórica como teórica prueban que cualquier restricción de la democracia en la sociedad burguesa es en último análisis invariablemente dirigida contra el proletariado […] La democracia burguesa es útil para el proletariado solo en cuanto le abre el camino al desarrollo de la lucha de clases. Consecuentemente, cualquier dirigente de la clase obrera que arma al gobierno burgués con medios especiales para controlar a la opinión pública en general y a la prensa en particular es precisamente un traidor”. Y esto lo decía Trotsky contra el apoyo de los estalinistas al cierre de diarios reaccionarios a manos del gobierno nacionalista de Cárdenas en México. ¡Imagínense lo que diría si viera el espectáculo actual donde lo que se cierra es el mismo parlamento y quien lo cierra es un presidente abiertamente pro-imperialista! Contra todo este fraude impuesto por los reformistas, los verdaderos marxistas debemos advertirle a las masas explotadas que hoy este cierre parlamentario parece ponerse a su favor, sin embargo, al mismo tiempo se lo está utilizando para imponer el plan hambreador y represivo de la CONFIEP contra ellas.
- El cierre del congreso es por tanto una medida reaccionaria hecha con fines reaccionarios: ganar apoyo de la clase media para redoblar la ofensiva contra los trabajadores y crear un precedente para futuros golpes militares. Su triunfo indiscutible, garantizado por las direcciones reformistas, es un golpe a favor de la reacción en la actual situación política del país. Las últimas luchas de los obreros, campesinos y estudiantes que ya empezaban a confluir contra el gobierno de Vizcarra, retrocederán aún más como resultado de esta “victoria democrática”. Por lo tanto, no nos encontramos frente a ningún ascenso de la lucha de clases, ni siquiera esto se aplica para la pequeña-burguesía urbana que podría ver este cierre como un resultado indirecto de sus movilizaciones, ya que en la medida de que el gobierno de Vizcarra fue el autor directo de este “triunfo”, toda su confianza ahora se deposita en él hasta las próximas elecciones e incluso su candidato es el favorito a ganarlas. Peor aún si los traidores del reformismo nos piden ahora apoyar a Vizcarra frente a una imaginaria revancha golpista del fujimorismo. Este golpe reaccionario de la burguesía, debe ser comprendido como parte de la tendencia reaccionaria internacional que se está imponiendo cada vez más, con el apoyo de social-demócratas, estalinistas, anarquistas y falsos trotskistas. No obstante, nuevas luchas como la que ahora vemos en Ecuador podrían evidentemente influir desde afuera en un cambio de la situación política nacional.
FOTO: Mario Huamán Dirigente de la CGTP – Condecorado por Vizcarra
- Lo que la clase obrera necesita comprender con toda profundidad es que solo puede confiar en sus propias fuerzas, ya que solo los explotados pueden resolver los problemas de los explotados. Solo bajo la dictadura del proletariado, la expropiación total de la burguesía y el desarrollo del socialismo en todo el mundo será posible acabar de manera definitiva con la corrupción y también con toda forma de explotación y contaminación. Cualquier otra vía distinta conducirá inevitablemente a nuevas traiciones, decepciones y derrotas. Bajo el capitalismo jamás las masas podrán resolver sus problemas, ni siquiera si a la cabeza del Estado se coloca un militar bolivariano. Somos testigos directos de lo que sucede en Venezuela donde se ha probado, por enésima vez, la bancarrota total de todo socialismo que no sea proletario e internacional. Ahora los Antauro, Cerrón, Aduviri, Goyo, FUDEPP, nos pretenden ofrecer una alternativa a la crisis económica y política sin romper con el capitalismo y con el imperialismo. Nos ofrecen una utopía que solo reproducirá todos los males que ahora estamos padeciendo incluyendo la corrupción en todas sus formas. Lo peor de todo es que ahora los reformistas ni siquiera están apoyando a un nacionalista burgués que posa de progresista. Se han vendido a un empresario de la construcción que dice combatir a la mafia fujimorista, un discurso cuya vulgaridad política es evidente para cualquier obrero con consciencia de clase. Contra el programa estratégico del reformismo que promete “refundar la república” apoyando el cierre del congreso y falsas asambleas constituyentes, los revolucionarios repetiremos sin cansancio que solo bajo la dictadura internacional del proletariado con apoyo de todos los oprimidos será posible avanzar en solucionar todos los problemas de los explotados.
- Esto que la vanguardia de la clase obrera podría llegar a comprender perfectamente es mucho más difícil de entender para las masas atrasadas de la pequeña-burguesía pobre del campo y la ciudad. Es necesario por tanto saber orientar su lucha desde sus reclamos elementales hacia una lucha cada vez más revolucionaria por la dictadura del proletariado y la revolución socialista internacional. La lucha contra la corrupción de funcionarios públicos es una demanda legítima y progresiva que debe ser tomada como bandera de lucha por el proletariado. Sin embargo, se debe oponer a las consignas reformistas de los traidores, consignas de transición que abran el camino de la revolución. En este sentido se debe agitar en favor de la expropiación sin pago y bajo control obrero de Odebrecht y de los bienes de todas las empresas y políticos corruptos. Asimismo, se debe no solo rechazar las leyes esclavistas de Fujimori y Vizcarra sino plantear otras consignas de lucha como el salario móvil (siempre igual al costo de vida) y el empleo móvil (reduciendo la jornada para crear más trabajo). En relación al problema campesino se debe plantear la nacionalización sin pago y bajo control obrero y campesino de la gran minería transnacional, así como el rechazo a las deudas, tratados y bases militares del imperialismo. Por otro lado, no solo se debe rechazar el cierre dictatorial del congreso sino también plantear tácticamente su destrucción junto con la presidencia de la república y demás instituciones del Estado burgués en favor de una asamblea constituyente revolucionaria que combine el poder ejecutivo con el legislativo. Finalmente se debe plantear la necesidad de forjar contra el gobierno y el congreso burgués la alianza de los obreros, campesinos, estudiantes, soldados rasos y el pueblo pobre para organizar una gran movilización de forma totalmente independiente a los frentes, partidos y caudillos políticos de la burguesía nativa (FA, NP, Antauro, Aduviri, Cerrón, Goyo, FUDEPP, etc.). Los revolucionarios debemos realizar una permanente denuncia-exigencia a las direcciones reformistas de las masas en relación a estas consignas tácticas, planteando también la expulsión de esos dirigentes que mantengan su apoyo al gobierno de Vizcarra. Esta lucha táctica debe contribuir a revertir la situación política actual y ayudar a despejar el camino para el triunfo estratégico de la dictadura del proletariado y la revolución socialista internacional que en Francia, Hong Kong, Ecuador e Irak tiene nuevos puntos de apoyo para su desarrollo.
- Frente a la bancarrota política escandalosa de los agentes directos e indirectos del actual gobierno de la CONFIEP, se hace más necesaria que nunca la puesta en pie de una dirección revolucionaria, de un partido obrero revolucionario en Perú que sea parte del proceso de refundación del partido mundial de la revolución socialista, la Cuarta Internacional.
¡ABAJO VIZCARRA Y SUS LACAYOS REFORMISTAS!
¡VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA MUNDIAL!