LA COMUNITECA: UNA IMPORTANTE CONQUISTA DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL
La lucha de los estudiantes pobres por sus derechos y reivindicaciones está estrechamente unida a la lucha de clases en todo el mundo. Los estudiantes hijos de explotados buscan salir de la miseria capitalista por medio de la educación superior, pero el Estado burgués siempre pone obstáculos a sus aspiraciones: pocas vacantes, pagos elevados, falta de recursos, etc. Esto los empuja con frecuencia a identificarse con las luchas de los obreros y campesinos pobres contra el capitalismo.
En el Perú la lucha estudiantil también ha confluido con las luchas obreras. Como parte de una lucha continental, obreros y estudiantes se unieron a principios del siglo XX para conquistar las ocho horas y el acceso a la universidad, inspirados por el triunfo socialista de la Revolución Rusa bajo la dirección de Lenin y Trotsky. Desde entonces la lucha estudiantil ha sufrido también los flujos y reflujos de la lucha de los trabajadores, sin embargo, ha ganado gracias a ello una rica experiencia histórica cuya principal lección es el reconocimiento del rol contrarrevolucionario jugado por sus direcciones estalinistas, socialdemócratas y reformistas de toda clase.
Como parte del proceso revolucionario latinoamericano de este siglo, el movimiento estudiantil peruano avanzó en su organización y acciones de lucha, después de ser golpeado duramente por la dictadura yanqui-montesinista de Fujimori. El 2004 los estudiantes de las universidades públicas de Trujillo, Puno y Lima tomaron por meses sus locales para echar a sus autoridades burguesas corruptas. Este y posteriores combates estudiantiles fueron traicionadas por sus dirigentes reformistas, sin embargo, marcaron hitos en su lucha.
El 2011, a propuesta de los trotskistas del NRCI (en ese entonces NOR), se pone en pie el Comité de Lucha de los estudiantes de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), organismo de masas que fue la expresión local del movimiento revolucionario internacional marcado principalmente por la revolución árabe, griega y nuevas luchas en América Latina con los estudiantes secundarios de Chile a la cabeza. En Perú también se desarrollaron los levantamientos de los campesinos pobres y obreros de Puno y Arequipa, cuando todos los reformistas seguían apoyando al gobierno chavista de Humala.
El Comité de Lucha de la UNT llegó a establecer lazos con los obreros fabriles y agroindustriales de la región bajo la consigna “obreros y estudiantes, juntos venceremos” y también organizó el Encuentro Estudiantil Macro Norte donde bajo la influencia de los trotskistas, se conquistó un llamado a la acción en apoyo de la lucha estudiantil y obrera chilena, de la revolución siria y contra la restauración del capitalismo en Cuba. Esto marcó un importante hito internacionalista en la lucha del movimiento estudiantil peruano.
Es en este contexto, que los estudiantes de la escuela de Ciencias de la Comunicación de la UNT, emprenden el año 2012 una lucha justa por la creación de su propia biblioteca especializada. Contra la oposición de las autoridades docentes, los estudiantes dirigidos por su “centro federado” conquistaron su “Comuniteca” y luego impusieron para la misma una administración de mayoría estudiantil exigiendo además que sea debidamente implementada con fondos estatales contra la política privatista del Estado burgués. Esta conquista representó un nuevo hito en la lucha del movimiento estudiantil peruano, marcando el camino a seguir.
A mediados del 2013, un delegado de los estudiantes de esta escuela participará de la asamblea estudiantil realizada en Lima durante las protestas contra las leyes privatistas del gobierno de Humala, proponiendo la unidad con los trabajadores estatales y la expulsión de la burocracia estudiantil de Patria Roja que se había puesto abiertamente de lado del gobierno. A fines de ese año, el mismo delegado estudiantil viajaría hasta Argentina para apoyar la lucha de los trabajadores petroleros de Las Heras, condenados a cadena perpetua.
El 2014 los estudiantes de Ciencias de la Comunicación encabezarían la marcha, propuesta por el NRCI, en apoyo a la lucha de los estudiantes mexicanos contra la masacre de Ayotzinapa en momentos en que los reformistas miraban a otro lado o le echaban la culpa al narcotráfico cuando el responsable directo de este genocidio fue el Estado burgués mexicano. A fines de ese año los estudiantes de esta escuela encabezados por el NRCI chocarían con los reformistas de Patria Roja que rechazaron expulsar al APRA de la lucha contra la ley de esclavitud juvenil de Humala.
Es de esta manera que los trotskistas del NRCI a la cabeza de esta fracción del movimiento estudiantil peruano, orientaron la lucha por un camino revolucionario de unidad obrero-estudiantil, contra toda política privatista y en apoyo a la lucha internacional del proletariado, bajo un combate permanente contra todas las direcciones reformistas y centristas, denunciando sus traiciones de manera abierta y pública antes, durante y después de toda acción de frente único, resistiendo valientemente no solo la persecución del Estado sino también las calumnias y ataques cobardes de sus agentes reformistas.
Estas direcciones reformistas plantean que los estudiantes pobres pueden conquistar todas sus demandas dentro del capitalismo, sin la necesidad de destruir este Estado y sin apoyar la lucha de los obreros y campesinos pobres por el poder. Los trotskistas del NRCI, por el contrario, le planteamos al movimiento estudiantil consignas de transición que apuntan en su desarrollo hacia la dictadura del proletariado y el socialismo mundial. Consignas tales como el fin de la política privatista, la estatización sin pago de todo el sistema educativo, la confiscación de las grandes mineras bajo control obrero, el gobierno universitario con mayoría estudiantil, la unidad obrero-estudiantil, el apoyo al proletariado mundial, la formación de comités de lucha, de autodefensa, etc.
Como resultado del reflujo internacional y nacional del proletariado por culpa del reformismo, el movimiento estudiantil peruano también ha retrocedido. Los estudiantes de Ciencias de Comunicación de la UNT no son los mismos de hace seis años atrás, sin embargo, allí todavía resiste su Comuniteca, como emblema de su lucha revolucionaria e internacionalista. Es su deber y el de los revolucionarios, defender esta conquista de los ataques de las autoridades capitalistas y sus agentes reformistas. Ya llegará el día en que retomen sus mejores tradiciones de lucha de la mano del movimiento obrero. Los trotskistas del NRCI seguiremos asumiendo la responsabilidad histórica que nos toca.