KOLA REAL: LA FÓRMULA AMARGA PARA LOS OBREROS
Despidos laborales arbitrarios y AJEGROUP son términos que aparecen juntos desde los primeros años de éxito de la empresa peruana dedicada a la fabricación de bebidas embotelladas, entre ellas su marca emblemática: la gaseosa Kola Real.
Una historia de éxito y explotación
AJEPER es una emblemática empresa peruana, ejemplo de éxito capitalista a costa de la explotación despiadada de sus trabajadores. La sigla surge de los apellidos Añaños y Jeri, apellidos del padre y de la madre de la familia que se inicia en el negocio de las bebidas gaseosas con la famosa Kola Real en Ayacucho, aunque en realidad la primera planta de lo que hoy es el Grupo Aje se instaló en Huancayo. Y es que al hablar de Añaños, normalmente se hace mención a un solo grupo empresarial, cuando, en realidad, si bien se trata de una sola familia, involucra a dos grupos empresariales que nacieron embotellando Kola Real.
En 1982, la hacienda de Eduardo Añaños en Ayacucho fue aparentemente atacada por un comando de Sendero Luminoso, debido a ello la familia se trasladó a Lima. Cinco años más tarde regresaron a Ayacucho, donde Eduardo y su hijo mayor Jorge (quien a sus 26 años fue el único que se quedó allí, pues tenía un negocio de distribución de cerveza vinculado a Pilsen) se iniciaron en el negocio de los refrescos. La cercanía de Jorge al sector de las bebidas le permitió percatarse hacia 1986 del potencial del negocio gaseosero. Los camiones de Coca Cola, Inca Kola y Pepsi no llegaban a Huamanga por los asaltos que sufrían, y, por tanto, existía desabastecimiento del producto.
La planta se inauguró en junio de 1988. Jorge, quien había estudiado agronomía, fue el encargado de desarrollar la fórmula de la primera bebida: la Kola Real sabor a naranja. Más tarde desarrollarían muchos sabores, al gusto de la población donde se expandían. Para garantizar las ventas, se establecieron precios equivalentes a casi la mitad de los que tenía la escasa competencia. El ahorro para conseguir esos precios no solo provenía de la súper-explotación de sus obreros sino también de la eliminación de ciertos costos como el del envase. Entre cada compra de producto que hacía para su negocio de distribución de cerveza, Jorge utilizaba los envases vacíos para embotellar sus gaseosas.
En 1990, los otros cinco hermanos -Ángel, Arturo, Álvaro, Carlos y Vicky- se unieron a la empresa y decidieron extenderse a Huancayo. En 1997, comenzaron sus operaciones en Lima. Mientras que Jorge y su esposa Tania Alcázar se centraron en abastecer al sur del país, con su empresa Industrias San Miguel, sus hermanos menores, liderados por Ángel, el mayor entre los cinco, miraron al norte. Si bien ambos grupos usaban la misma marca y compartían fórmulas y estrategias, los suyos eran negocios separados: Ajeper (o Ajegroup) e Industrias San Miguel (ISM). De Huancayo, los menores se fueron a Bagua, en donde abrieron su segunda planta, mientras que Jorge se fue a Andahuaylas.
Ambas empresas querían conquistar todo el Perú y finalmente se han expandido internacionalmente, pero Ajeper es la más exitosa con presencia en 23 países (México, Venezuela, España, Nigeria, Egipto, India, Vietnam, etc.)[i], gracias básicamente a la misma estrategia: ahorro de costos, empezando por los salarios y beneficios de sus trabajadores.
La lucha por un sindicato de rama
En febrero de 2005, los trabajadores constituyeron el Sindicato Nacional de Trabajadores Obreros de Ajeper. Pocos días más tarde varios de los trabajadores sindicalizados fueron despedidos, entre ellos Jaime Montero, uno de sus dirigentes. Hostilizaron a los demás trabajadores con cambios en sus puestos de trabajo, supresión de las horas extras y no otorgar el tiempo necesario para consumir alimentos pese a que trabajan en horario corrido. Simultáneamente, la empresa se niega a considerar el pliego de reclamos destinado a negociar el convenio colectivo. Los despidos arbitrarios y la negativa de negociar el pliego fue denunciado por el Sindicato ante el Ministerio del Trabajo, pero la empresa no asistió a ninguna de las convocatorias efectuadas por las autoridades capitalistas[ii]. Veintiún trabajadores fueron despedidos.
Continuando con su política antiobrera, en julio de ese mismo año 2005 la empresa toma venganza con los trabajadores a causa de una multa impuesta por las autoridades. La ley establece que un porcentaje de las utilidades debe ser pagado a los trabajadores. Cerrado el ejercicio 2003, Kola Real abonó a sus empleados sumas por concepto de utilidades; pero aparentemente olvidó hacer firmar a los trabajadores un recibo por los montos entregados. El Ministerio de Trabajo, al no existir constancia de que los trabajadores hubieran recibido en ese año lo que establece la ley, decidió multar a la empresa. En seguida, el personal fue convocado a firmar los recibos. Varios de los trabajadores pidieron tiempo para hacerlo, para intentar verificar, dos años después, si lo que se les estaba haciendo firmar coincidía con lo efectivamente recibido. Alguno se negó a suscribir el documento, al considerar que es muy difícil establecer esa coincidencia en virtud del tiempo transcurrido. La reacción de la empresa fue despedir a ocho trabajadores, todos afiliados al sindicato y dos de ellos integrantes de la directiva, por falta grave[iii].
En mayo de 2008, un grupo de trabajadores del Grupo AJE S.A. recibió una carta de predespido, luego de que dos semanas atrás reactivaran el sindicato de trabajadores. Las represalias comenzaron el 24 de abril cuando un grupo de 25 trabajadores decidió reactivar el sindicato de trabajadores, pues este había quedado prácticamente descompuesto en el 2005 pues 21 de sus integrantes fueron despedidos por sindicalizarse. La empresa no reconoció al nuevo sindicato y comenzó a trasladar a los principales dirigentes de la fábrica de Huachipa (donde se encuentra la planta central en Lima) hacia otras fábricas del centro de Lima y Puente Piedra, al otro extremo de la ciudad.
Entre los principales puntos del pliego de reclamos de los trabajadores estaba el incremento en S/. 10 del salario básico y el pago de refrigerio. El salario promedio de los trabajadores apenas llegaba a los S/. 20 por la jornada diaria de 12 horas. El secretario general del Sindicato, Jesús Acosta, fue uno de los cinco dirigentes que recibieron la carta de predespido, por “faltas graves al mentirle a la empresa al momento de crear el sindicato e injuriar a la compañía”, según afirmó Carlos Velarde, jefe de Relaciones Públicas del Grupo AJE. Como es costumbre, algunos congresistas “pro trabajadores”, como Víctor Mayorga, “exigieron” la inmediata intervención del Ministro de Trabajo para evitar que los trabajadores sean despedidos, mientras los trabajadores realizaban un plantón en el frontis de la empresa en la planta de Huachipa[iv]. Por supuesto que ni el congresista burgués ni el Ministerio de Trabajo solucionaron los reclamos.
A pesar de todo, a mediados del año 2012 distintos sindicatos de bebidas (SINUTAJESA, SITRAJEOSA, SITRACCSAC, Sindicato de T. de C. S.) se unen para formar el SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES DE BEBIDAS, VENTAS Y AFINES – SINTRABVA, como sindicato de rama.
La traición de los dirigentes sindicales
En el mes de febrero de 2013, más de 450 trabajadores de las diferentes plantas de producción y venta de gaseosas del grupo AJE iniciaron una huelga indefinida a nivel nacional, la que mantuvieron por más de dos semanas. “El reclamo se debe a que el Grupo Añaños no atiende el pliego de reclamos por rama de actividad (el cual propone una negociación individual y no colectiva entre los sindicatos con la empresa) presentado dos meses atrás ante el Ministerio de Trabajo“, aseguró Jorge Huaylinos, secretario del SINTRABVA.
Lamentablemente esta valiente huelga conquistada por las bases fue traicionada por la dirigencia sindical encabezada por Julio Rivas Ortiz que terminó levantando burocráticamente la medida de fuerza aceptando las migajas de la patronal, a pesar de las críticas de la combativa base de Trujillo. De esta manera la dirigencia reformista de SINTRABVA cumplió su rol de agente de la burguesía al interior del movimiento obrero, el mismo rol político que cumplen los dirigentes de la CGTP y la CUT[v] (e incluso los de la “Red Solidaria” y la “Red Obrera”).
La política sindical del reformismo es clara: 1) reducir el pliego de reclamos a su mínima expresión, 2) negociar a puerta cerrada con la patronal buscando a toda costa evitar la huelga, 3) si las bases les imponen la huelga, los reformistas buscan limitar la lucha al “diálogo” en el Ministerio de Trabajo burgués, 4) buscan el apoyo de congresistas burgueses demagogos, 5) rechazan la unidad con los no-afiliados o con otros gremios en lucha a nivel nacional e internacional, 6) rechazan toda crítica o acción radical de las bases, 7) terminan levantando la huelga sin consultar a las bases, aceptando las migajas de la patronal, 8) si hay represalias, abandonan a los trabajadores a su suerte.
Y esto fue exactamente lo que pasó con la huelga del SINTRABVA, debido a la ausencia de un partido revolucionario que luche contra los reformistas al interior de este sindicato de rama. Trabajadores de base, e incluso algunos dirigentes, fueron denunciados penalmente, por supuestamente haber cometido los delitos de extorsión, usurpación agravada, daños, atentados contra medios de transporte y desobediencia y resistencia a la autoridad. Es decir, la patronal acusó a los trabajadores de lo que quisieron y todo gracias a la política conciliadora de los dirigentes sindicales que defendieron sus intereses económicos (licencia sindical, mejores salarios, etc.) en lugar de defender los intereses del conjunto de trabajadores fabriles.
Esto sucedió el 2013. El 2015 la patronal despide más trabajadores, entre ellos al dirigente Jaime Montero (que había sido repuesto el 2012) acusado falsamente de haber agredido a un compañero de trabajo. Contra estos ataques, unos 700 trabajadores de Ajeper de Huachipa, Iquitos y Chiclayo inician paralizaciones los días 29 y 30 de diciembre, exigiendo el cumplimiento del convenio colectivo, la nivelación y categorización de los trabajadores, el cese de la discriminación y prácticas antisindicales, la reposición de los despedidos y el respeto a la jornada de ocho horas. Pero el Ministerio de Trabajo burgués no avaló la realización de las huelgas y la dirigencia sindical le siguió el juego traicionando nuevamente a las bases del SINTRABVA.
De los 14 despedidos, sólo algunos siguen tratando de reincorporarse a través de procesos judiciales individuales, pero ya han pasado tres años sin resultado alguno. Es que sin luchas no hay victorias, ni los mejores abogados con todas las pruebas a su favor pueden vencer a la patronal en sus propios tribunales. El poder judicial está desde su fundación al servicio de los grandes empresarios. Algunas veces, por presión de las luchas obreras, un juez burgués puede reconocer algún derecho básico a algún trabajador, pero estas concesiones siempre son temporales como se demuestra en el caso del dirigente Jaime Montero que fue despedido el 2005, repuesto el 2012 y nuevamente despedido el 2015 con pruebas falsificadas, sin ser repuesto hasta la fecha.
Por una dirección sindical revolucionaria e internacionalista
La situación laboral de los trabajadores de Ajeper sigue siendo la misma o peor. Su sindicato, que opera a nivel nacional, no ha propiciado acciones serias para mejoras económicas ni para apoyar a los obreros despedidos ni menos ha intentado unir la lucha de los obreros peruanos con la que iniciaron años atrás los mexicanos, por ejemplo.
En el año 2003 Ajegroup despide a 40 obreros de su fábrica en Puebla (México), la totalidad de los obreros se concentraron durante semanas frente a la fábrica reclamando por la violación al convenio colectivo, la obligación de realizar horas extraordinarias sin retribución alguna, la necesidad de adquirir su propia ropa de trabajo, malos tratos y acoso sexual. Mientras los despedidos realizaban sus piquetes, la empresa solicitaba personal a través de la prensa. Actualmente sus trabajadores están representados por el Sindicato de Trabajadores de la Industria Embotelladora de Aguas Gaseosas, Refrescos, Aguas Naturales, Cervezas y de las Bebidas Envasadas en General de México. Luchas similares se han registrado en los demás países donde se encuentra Ajegroup e Industrias San Miguel.
Lamentablemente la política patriotera de los dirigentes sindicales impide conquistar la unidad internacional de los trabajadores por la que dieron su vida los Mártires de Chicago y millones de obreros más en la Historia. Ahora muchos dicen que el obrero venezolano viene al Perú a quitarnos el trabajo, cuando son en realidad los empresarios los que toman la decisión de despedir trabajadores y sobreexplotar a nuestros hermanos de clase de Venezuela. En lugar de plantear una sola lucha contra los capitalistas de Perú y Venezuela que nos han hundido en esta crisis, los reformistas proponen que el obrero peruano expulse al obrero venezolano, es decir, proponen pelearnos entre pobres mientras los ricos se ríen de nuestra pobreza. Por esta razón, tampoco llaman a apoyar la lucha revolucionaria de los obreros de Nicaragua, de Ucrania, de Siria, de Palestina, etc. ¡Son traidores de la lucha internacional del proletariado!
Y son estos mismos dirigentes sindicales patrioteros los que están apoyando al gobierno del empresario Vizcarra en su supuesta lucha contra la mafia fujimorista. La burocracia estalinista de la CGTP está apoyando también su referéndum y pide incluir una pregunta por la Asamblea Constituyente. Es decir, propone que esta Asamblea la organice el mismo gobierno hambreador y corrupto de Vizcarra, el mismo que ha sacado una ley contra los trabajadores estatales, ha relativizado las vacaciones y ha extendido la ley agraria fujimorista al sector acuícola. Y gracias a esta política de conciliación de clases, la patronal se da fuerza para lanzar una campaña de persecución política contra los sindicatos. Este es el caso del dirigente del sindicato de Backus que ha sido falsamente acusado de terrorismo. La política conciliadora de los dirigentes sindicales solo puede llevar nuestra lucha a la derrota.
Los obreros fabriles deben tener claro que ninguna reforma seria es posible bajo el actual sistema capitalista. El capitalismo está tan podrido a nivel mundial que no puede garantizar ni siquiera el pago del costo de vida a sus esclavos asalariados. Mientras el capitalismo subsista los obreros seguirán recibiendo salarios de hambre, jornadas excesivas, despidos injustificados y persecución judicial y política. La única salvación para los obreros, los campesinos, artesanos y comerciantes pobres es la revolución socialista mundial. Las fábricas deben pasar a ser propiedad del pueblo pobre y puestas bajo control de sus obreros, y lo mismo debe suceder con las minas, las tierras y todos los recursos productivos de la nación. Solo la destrucción del Estado burgués y la conquista de la dictadura del proletariado a nivel nacional y mundial pueden garantizarlo.
Obviamente esto no es algo que se pueda conseguir de la noche a la mañana. Se trata de un largo proceso de lucha pero que desde ahora debe estar bajo una orientación revolucionaria e internacionalista. Los revolucionarios deben no solo hacer propaganda del socialismo sino también deben plantear acciones de lucha concreta que permitan a los trabajadores pasar por su propia experiencia ganando posiciones al enemigo de clase. Los revolucionarios deben usar la táctica del frente único proletario, exigiendo a los dirigentes sindicales reformistas que tomen una serie de acciones radicales e internacionalistas (“consignas de transición”) que permitan a los obreros avanzar en el camino de la revolución socialista. Estas consignas pueden ir cambiando según los avances y retrocesos de la lucha, pero siempre deben ser consignas radicales que establezcan un puente entre las demandas mínimas de los obreros y la lucha por la dictadura del proletariado (salario y empleo móvil, fin del secreto comercial, control obrero, confiscación de empresas, comités de autodefensa, alianza obrero y campesina, soviets, etc.).
Solo un partido obrero revolucionario puede ofrecer esta orientación a las masas y como su tarea es internacional, este partido también debe ser internacional. Los obreros fabriles de Perú deben comprender la necesidad de luchar por la refundación de su partido histórico, la Cuarta Internacional, para de la mano de los obreros comunistas de todo el mundo, derrotar al Foro Social Mundial de los reformistas y lograr así el triunfo de la dictadura del proletariado y el socialismo mundial.
[i] <https://www.ajegroup.com/map/>
[ii] <http://www6.rel-uita.org/sectores/bebidas/kola-real.htm>
[iii] <http://www6.rel-uita.org/sectores/bebidas/kola-real-2.htm>
[iv] <https://larepublica.pe/economia/224237-despiden-a-trabajadores-del-grupo-aje>
[v] La misma política sindical aplican los dirigentes sindicales del MOVADEF y de otras sectas estalinistas, así como también los dirigentes de la “Red Solidaria” (de Tania Turriate) y la “Red Obrera” (de los dirigentes de Celima), frentes sindicales nacidos bajo la orientación de los falsos trotskistas del PST (LIT-CI) que defiende la política reformista del argentino Nahuel Moreno, totalmente ajena a las enseñanzas de Trotsky y sus camaradas de la Cuarta Internacional. Véase el artículo: <https://zonaobrera.wordpress.com/2016/06/26/de-red-solidaria-a-red-obrera-los-vaivenes-del-oportunismo-sindical/>