UN NUEVO PAQUETAZO CONTRA LOS TRABAJADORES – Distintos sectores se movilizan contra gasolinazo del gobierno

Por: Jorge Lozano

Junio 2018

 El gobierno capitalista de Vizcarra lanzó el pasado 9 de mayo un nuevo paquetazo que viene golpeando la economía de los trabajadores y el pueblo pobre del país. Promulgado por el Ministerio de Economía y Finanzas, esta serie de decretos anunciaron el aumento del impuesto selectivo al consumo (ISC) a las bebidas azucaradas, cigarrillos, bebidas alcohólicas y a la gasolina, que ha tenido como resultado el encarecimiento del costo de vida, de los productos de primera necesidad y del transporte.

El gobierno quiso tapar estas medidas destacando que el objetivo es desincentivar el consumo de productos nocivos para la salud (los decretos se emitieron en coordinación con el Ministerio de Salud y el Ministerio del Ambiente), pero el impacto sigue hasta ahora en la boca de todos.

IMPACTO DEL GASOLINAZO

El alza del ISC a los combustibles tiene un impacto inflacionario. Así, por ejemplo, el aumento del ISC al diésel de S/. 1.10 a 1.49 por galón (a lo cual se agrega el IGV adicional que se recauda) implica un alza en el precio de 10.50 a 11 soles el galón, un aumento del 4.4%. Este es el precio al cual venden las refinerías, a lo que se agregan los costos del transporte y comercialización hasta que llega a los “grifos”. A esa alza en el ISC hay que agregarle el aumento del precio del diésel debido a que también están subiendo los precios internacionales del petróleo y los combustibles.

Así, después del “paquetazo”, el precio del diésel vendido por las refinerías aumentó en 12 centavos por galón, con lo cual el precio en la refinería subió de 4.4% a 5.7%. Y los precios internacionales seguirán subiendo (sobre todo por el impasse en Irán), lo que se trasladará a los precios internos[1].

El ahora ex Ministro de Economía y Finanzas, David Tuesta, después de defender el alza del ISC, negaba en todo momento que se tratara de un paquetazo y afirmaba que el Banco Central de Reserva (BCR) ha estimado que el impacto en la inflación sería solo del 0.2%. Sin embargo, luego no pudo dejar de reconocer que el impacto real dependerá del comportamiento de los otros precios que no han sido afectados por el alza del ISC y que forman parte de la canasta básica[2].

El ex presidente de Petroperú César Gutiérrez, señaló en un diario de derecha que el alza de los combustibles terminará afectando a la economía familiar más de lo previsto[3]. Señaló que casi el 52% de combustibles líquidos que se consumen actualmente corresponden al diésel, que es usado principalmente por el transporte de carga interprovincial. Como ellos no tienen la opción de migrar a opciones menos contaminantes –y por tanto no gravadas– como el gas natural, seguirán usando los mismos combustibles, por lo que trasladarán el incremento de precios a quienes tomen sus servicios, y entre ellos están los comerciantes de alimentos.

La realidad es que la medida tuvo un efecto casi inmediato en el encarecimiento del costo de vida de los trabajadores y del pueblo pobre. Ante esto, algunos empresarios del transporte, temerosos de un levantamiento popular, anunciaron paros regionales y una paralización nacional contra el alza de los combustibles, sin embargo, en varias provincias del país los capitalistas del transporte impusieron el aumento del precio de sus servicios. En Tacna el precio del pasaje urbano aumento en un 70%, de S/.0.70 céntimos a S/.1.20. En Piura y Trujillo en un 50%, pasando de un S/1.00 a S/1.50, aumento que también se extendió a taxis y colectivos. Asimismo, en Huancayo, Cerro de Pasco, Ayacucho, Puno y Cusco hubo un aumento de entre el 5% y 30%. Pasajes que en la mayoría de casos se han mantenido hasta el día de hoy.

LA REACCIÓN DE LOS TRABAJADORES

Los dirigentes capitalistas del Consejo Nacional de Transporte Terrestre (CNTT) anunciaron una paralización nacional para el 5 de junio, pero finalmente se echaron para atrás tras una mesa de diálogo con el Ministerio de Transportes donde acordaron la devolución del 54% del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) por galón de diésel, equivalente a S/ 0.80. Los capitalistas del transporte reconocieron que ellos en realidad nunca buscaron la derogatoria del decreto del ISC[4]. Mientras tanto, por parte de los trabajadores, que representan a la casi totalidad de usuarios del transporte, las protestas se multiplicaron en provincias y en la capital. Hubieron movilizaciones en Trujillo, Arequipa, Cusco y Puno[5], sin embargo, debido a la política conciliadora y pacifista de los dirigentes reformistas estas acciones fueron debilitándose progresivamente. En Lima la movilización se sumó a las protestas que ya venían convocando distintas organizaciones contra el congreso burgués corrupto.

Las movilizaciones vinieron dándose desde fines de mayo hasta fines de junio. Las marchas venían convocando solo a una vanguardia estudiantil y a un reducido sector de trabajadores, retroceso que es responsabilidad de la política conciliadora y pacifista de las direcciones reformistas y sindicales que no tuvieron repartos en convocar también a los políticos de la burguesía (Mendoza, Arana, etc.). La marcha más numerosa fue la del día 5 de junio, día en que se recordaba la Masacre del Baguazo, que casi todos silenciaron. Al final de la jornada, cuando ya los manifestantes comenzaban a dispersarse, se sucedieron varios enfrentamientos con la policía cerca de la avenida Abancay, enfrentamientos que culminaron en la quema de una camioneta de la policía. Este tipo de acciones aisladas e impotentes son comunes en la vanguardia pequeño-burguesa radicalizada, sin embargo, no deja de ser un reflejo de la actual crisis política cuya solución solo puede ser revolucionaria, es decir, por medio de la acción armada de millones de explotados de la capital y de todo el país, acción que dejará en cenizas todas y cada una de las instituciones del podrido Estado burgués.

La prensa burguesa atribuyó el “acto vandálico” a un militante anarquista detenido y golpeado por la policía, sin embargo, este fue liberado días después debido a la falta de pruebas en su contra. Este ataque de la prensa es parte de la campaña “anti-terrorista” de persecución al movimiento obrero y los que luchan en las calles, campaña contra la justa violencia popular contra el gobierno y la policía asesina, una persecución de la que son cómplices las direcciones reformistas con su podrido discurso pacifista, acusando de “infiltrados” a cualquiera que quiera luchar. Y son estos mismos amantes de la paz los que apoyan a Maduro, Ortega, al genocida Al-Assad e incluso viajan hasta Israel a recibir “capacitaciones”. Esos mismos traidores reformistas son los que se han unido a Yehude Simon, el sicario del Baguazo.

En las últimas semanas se produjeron también protestas contra el gasolinazo en Brasil, con huelgas de distintos sindicatos siendo la principal la de los camioneros, en donde incluso intervino el ejército para reprimir a los manifestantes. En Nicaragua el gobierno burgués bolivariano ya se ha llevado la vida de cientos de trabajadores que salieron a combatir el pensionazo de abril. En Ucrania los trabajadores mineros de Dombás siguen resistiendo con las armas la embestida del gobierno fascista de Kiev, mientras el gobierno de frente popular apoyo por Putin debilita sus fuerzas. Todas estas luchas son distintas respuestas en todo el mundo a la crisis histórica del sistema capitalista, sistema caduco que pide a gritos ser reemplazado por el socialismo mundial. Mientras subsista el capitalismo seguirá habiendo esclavitud, corrupción y gasolinazos aquí en Perú, América y todo el mundo.

Es por esta razón que la primera tarea de los revolucionarios es luchar por la puesta en pie de un partido obrero revolucionario en Perú como parte inseparable del combate por refundar La Cuarta Internacional, el partido de la revolución socialista mundial. Nuestro objetivo estratégico es la conquista de la dictadura del proletariado y de una federación mundial de países socialistas. Con respecto a la táctica en Perú sigue vigente lo que planteamos en nuestro artículo de marzo ¡Que se vayan todos! donde explicamos que la consigna central del momento es ¡por un Congreso de todos los Explotados! como organismo de poder revolucionario[6]. Sin embargo, es necesario añadir consignas por la confiscación inmediata de todos los pozos y refinerías petroleras y también por la estatización sin pago y bajo control obrero de los grandes medios de transporte, centros comerciales y fábricas de alimentos, medidas de lucha que deben ser propuestas y exigidas a los dirigentes de las organizaciones obreras bajo un pacto de frente único.

[1] Así lo reconoce el economista burgués Humberto Campodónico. <https://larepublica.pe/politica/1243117-paquetazo-disfrazado-verde-salud>

[2] <https://gestion.pe/economia/mef-alza-isc-paquetazo-e-impacto-inflacion-seria-minimo-233589>

[3] <http://larazon.pe/2018/05/26/alza-del-isc-a-combustibles-impacto-en-la-canasta-basica-sera-mayor-al-estimado/>

[4] <http://www.americatv.com.pe/noticias/actualidad/paro-transportistas-este-lunes-se-definira-fecha-reunion-autoridades-n324697>

[5] <https://diariocorreo.pe/peru/incremento-isc-combustibles-clima-protestas-regiones-alza-pasajes-820634/>

[6] <https://zonaobrera.wordpress.com/2018/03/27/que-se-vayan-todos/>

CRÉDITOS – Foto: Diario La República

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