La tragedia de los trabajadores peruanos y venezolanos

El capitalismo es un sistema económico donde se produce riqueza en base a la explotación despiadada de la clase trabajadora. Este sistema es mundial y por lo tanto la sufre la gran mayoría de la humanidad, mayoría que no tiene ninguna propiedad y sobrevive de la venta de su fuerza de trabajo a cambio de un salario; esta inmensa mayoría es el proletariado mundial.

El proletario está obligado a aceptar el trabajo que encuentre y muchas veces se ve forzado a salir de su lugar de nacimiento y separarse de su familia para poder ganar un salario. De esta forma muchos proletarios viajan de provincia en provincia, de país en país, de continente en continente, buscando trabajo. El empleo es escaso debido a que los capitalistas para aumentar sus ganancias necesitan reducir al mínimo sus gastos en mano de obra: a sus trabajadores los hacen trabajar casi todo el día con el fin de no contratar a más trabajadores. Por esta razón existen muchos desempleados esperando ser contratados por algún capitalista.

Los empresarios de todos los países se aprovechan de la situación desesperada de los desempleados y los usan para bajar los salarios. A sus trabajadores les dicen: “si no te gusta la miseria que te pago entonces te despediré y contrataré a otro”. Y pueden hacerlo gracias a que existen millones de desempleados sufriendo pobreza extrema, dispuestos a aceptar los peores salarios con tal de salvar a su familia de la muerte por hambre o enfermedad. En el mercado de obreros, los capitalistas hacen competir a los proletarios para ver quién está dispuesto a aceptar los peores salarios y condiciones de trabajo.

Los capitalistas se aprovechan entonces de la división que existe entre el trabajador empleado y desempleado, ya que si los trabajadores estuvieran unidos les dirían a sus patrones: “o trabajamos todos o nadie trabaja”. Los capitalistas necesitan mantener dividido a su enemigo de clase, como dice la frase: “divide y vencerás”. Para esto fomentan el conflicto entre los obreros, usando muchas veces el patriotismo, haciendo que los obreros de países distintos se odien. Por ejemplo, cuando los obreros peruanos viajan a EEUU para buscar trabajo, los dirigentes sindicales de esa potencia los rechazan diciéndoles “regresen a su país, no vengan a quitarnos el trabajo”.

Estos dirigentes sindicales ganan más que el promedio, tienen privilegios burocráticos y están unidos políticamente a los gerentes y dueños de las empresas de EEUU. Estos dirigentes traidores son los que ayudan a los capitalistas a fomentar este odio al trabajador de otro país. Un componente fundamental de la política del imperialismo yanqui es justamente fomentar el desprecio por el trabajador mexicano, peruano y extranjero. Acusan falsamente a los latinos de viajar a los EEUU para robar o transmitir enfermedades como están haciendo ahora con nuestros hermanos de clase de Honduras. Esta misma política sindical reaccionaria la vemos impuesta en Europa a los trabajadores sirios que huyen del genocida Al-Assad apoyado por los chavistas, también la vemos en Japón, etc.

Lo que está sucediendo ahora en Perú y otros países en relación a Venezuela es exactamente lo mismo que ha venido sucediendo por décadas contra los migrantes latinoamericanos en EEUU. En primer lugar, la prensa capitalista le ha hecho creer al mundo que Perú es una suerte de potencia regional, un éxito económico, un modelo a seguir. ¡ESTA ES LA MENTIRA MÁS GRANDE DE TODAS! En el campo los niños mueren literalmente de hambre o de frío todos los años. El salario mínimo vital en la ciudad no alcanza para vivir, los obreros no tienen casa, atención médica de calidad, educación gratuita, pasan hambre cuando son despedidos. ¡LA MAYORÍA DE LA NACIÓN VIVE EN LA POBREZA! El gobierno y la prensa han inflado las cifras para ocultar la pobreza real del Perú.

En segundo lugar, las empresas nacionales y extranjeras en Perú y otros países que reciben a los trabajadores venezolanos, están teniendo SÚPER-GANANCIAS, ya que están pagándoles a los obreros venezolanos menos que lo que gana un obrero peruano. Es decir, no contentos con los salarios de hambre que ya pagan actualmente, los empresarios en Perú se han inventado un salario todavía más bajo, con el fin de aumentar sus ganancias parasitarias a costa del trabajador venezolano y también peruano que está aceptando este salario de miseria para no ser despedido. Nuestros pobres hermanos proletarios de Venezuela que huyen de este país debido a la explotación de los capitalistas protegidos por Maduro, pero llegan a Perú para ser nuevamente explotados y todavía son atacados por los dirigentes sindicales peruanos que tratan al venezolano como nos tratan a nosotros en EEUU.

Estos dirigentes sindicales, encabezados por Mario Huamán y Julio César Bazán, están confundiendo a los trabajadores con su discurso oportunista. Algunos guardan silencio sobre la crisis capitalista de Venezuela, pero otros, los más cínicos y miserables, dicen que todo es un invento y que los millones de trabajadores que se han fugado de allí son pagados por EEUU. Estos chavistas fanáticos intentan ocultar que ni Hugo Chávez ni menos Nicolás Maduro tienen nada que ver con el socialismo. En Venezuela la tierra está concentrada en pocas manos, las transnacionales siguen saqueando el país, la deuda externa se paga puntualmente y sigue siendo un país monoproductor no industrializado. Los chavistas dicen que los capitalistas son los que están boicoteando la economía “socialista”: esto es mentira porque en una economía socialista los empresarios simplemente no existirían[i].

Por décadas han venido engañando a los trabajadores que los gobiernos de Chávez, Evo, Correa, Dilma, etc. son gobiernos “socialistas” que había que proteger, sin embargo, hoy es evidente, que más allá de los choques que puedan tener con el imperialismo, estos gobiernos siempre han terminado pactando con EEUU y en ningún momento han cedido el poder a la clase obrera que sigue oprimida por el aparato militar-policial de la burguesía. Que EEUU y gobiernos cipayos como el de Vizcarra usen la crisis de Venezuela a su favor, abriendo parcialmente las fronteras de Perú y otros países, no significa que la crisis no exista o que Maduro no tenga ninguna responsabilidad en todo este drama.

En lugar de señalar a todos los culpables, los castro-chavistas de Perú les echan la culpa a los pobres trabajadores de Venezuela que vienen a Perú a trabajar. De esta manera los dirigentes sindicales chavistas buscan defender al gobierno CAPITALISTA de Maduro y ocultar que las transnacionales y los grandes y medianos empresarios de Perú, sobre todo los dueños de restaurantes y centros comerciales, están enriqueciéndose a costa de la súper-explotación del obrero venezolano que únicamente está buscando salvar a su familia del hambre.

Este es rol contrarrevolucionario que ha venido jugando la burocracia sindical latinoamericana para impedir que la clase obrera se arme y tomé el poder imponiendo la dictadura del proletariado en todo el continente, única forma de acabar con el hambre, la enfermedad y la falta de educación. Solo el socialismo internacionalismo puede resolver los problemas económicos de los trabajadores, el capitalismo no puede ser reformado debe ser destruido.

Pero los dirigentes sindicales reformistas se oponen a seguir este camino, buscan defender sus privilegios pequeño-burgueses y ahora han lanzado una campaña patriotera supuestamente en defensa del trabajador peruano, pero es en realidad en defensa del explotador peruano y extranjero que está esclavizando al trabajador venezolano en lugar de REDUCIR LA JORNADA DE TRABAJO PARA DAR TRABAJO A TODOS, AL OBRERO PERUANO Y VENEZOLANO Y CON UN SALARIO IGUAL AL COSTO DE VIDA.

Por ejemplo, la empresa Camposol obtiene mensualmente seis millones de dólares de ganancia neta. Aquí hay plata suficiente para dar trabajo a todos sin despedir a nadie igualando el salario al verdadero costo de vida. Pero los chavistas ocultan esto y salen con el cuento de que no se puede dar trabajo a todos, que Perú no es EEUU y que por lo tanto los obreros venezolanos hambrientos mejor deben regresar a su país para arreglar sus problemas allá. ¡Miserables! Aquí hay plata, hay condiciones para dar trabajo a todos, lo que pasa es que los capitalistas tienen el poder y hacen lo que más les conviene.

Y si alguien dice que eso puede aplicarse solo para las grandes empresas, pero las “pequeñas” quebrarían, debemos hacerles recordar que si el capitalismo no puede dar siquiera empleo a sus esclavos, entonces, esto significa que ya llegó la hora de que sea enterrado y reemplazado por un sistema superior, el socialismo.

Pero el socialismo ya fracasó”, dicen algunos. ¡Falso! Lo que fracasó fue la política estalinista del “socialismo en un solo país”, el socialismo debe ser mundial o no será. Por esta razón es necesario establecer desde ahora mismo la unidad entre todos los trabajadores del mundo para luchar juntos contra el capitalismo. El obrero peruano debe unirse al obrero venezolano para luchar contra los gobiernos capitalistas de América Latina. Por esta razón, ahora más que nunca necesitamos refundar el partido de la revolución socialista mundial, la Cuarta Internacional, el partido de León Trotsky, asesinado por ese traidor llamado José Stalin.

Los revolucionarios deben ya tácticamente hacer un llamado a los dirigentes sindicales para organizar un frente único de lucha contra los despidos de trabajadores peruanos y la explotación del trabajador venezolano, un frente único de lucha para imponer la reducción de la jornada laboral dando empleo a todos con un salario siempre igual al costo de vida, para obtener la apertura total de las fronteras y la ciudadanía para los que quieran trabajar, un frente único de lucha para conquistar la caída de los gobiernos de Perú y Venezuela que permiten esta explotación capitalista brutal. Esta y otras consignas de transición deben ser planteadas en asambleas obreras, llamando a la formación de comités de lucha, autodefensa, etc., que organicen de abajo arriba esta lucha internacional que en su desarrollo apunta a la toma revolucionaria del poder.

Contra el patrioterismo pequeño-burgués de los sindicalistas, los obreros socialistas deben plantear la fraternidad universal de su clase, porque en la unión está la fuerza.

¡ABAJO LAS MENTIRAS DE EEUU Y DEL CHAVISMO!

¡ABAJO LOS DESPIDOS DE PERUANOS Y LA ESCLAVITUD DE VENEZOLANOS!

¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES: UNÍOS!


Notas

[i] <http://nrci.org/blog/2017/10/16/venezuela-la-crisis-del-capitalismo-del-siglo-xxi/>

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