¡Viva la lucha de los obreros mineros de Quiruvilca!
Más de 800 trabajadores mineros se han quedado sin pago ni empleo luego que la Compañía Minera Quiruvilca SA (La Libertad), aduciendo estar en quiebra, abandonara sus instalaciones de la noche a la mañana. Esta mina de plata viene siendo explotada desde tiempos coloniales, y ahora son las transnacionales las que vienen saqueándola, contaminando ríos y oprimiendo a sus trabajadores.
Para nadie es un secreto que las grandes mineras han venido saqueando la región y el país con el apoyo del Estado burgués, el que ha ido sacando leyes que permiten despedir personal, ahorrar costos de seguridad y precarizar más las condiciones laborales. La situación era insostenible; los campesinos pobres y obreros constantemente venían denunciando la contaminación, la apropiación ilícita de sus tierras y la explotación laboral. A los más de 800 obreros de Quiruvilca se les debe el pago de remuneraciones, beneficios, el cumplimiento de su pliego de demandas donde exigen implementos de seguridad y herramientas adecuadas. El año pasado la policía asesinó a un obrero de Shorey en una huelga por estas demandas elementales.
El repentino cierre de la mina hasta ahora no tiene una explicación sustentada, solo se sabe por los cínicos comunicados de la empresa que se encuentra en “insolvencia financiera absoluta”, pasándose por alto incluso los procedimientos legales para el cierre de un negocio. No sorprende que los más grandes vividores del saqueo se hayan fugado impunemente, dejando cientos de despidos y tierras contaminadas. La minera también financiaba parcialmente los servicios de agua, electricidad, salud y educación, que se paralizarían con el cierre. La “Defensoría del Pueblo” ha prometido interceder para alcanzar una solución en coordinación con los alcaldes, sin embargo, en las “mesas de diálogo” del Ministerio de Trabajo los representantes de la minera han respondido que “¡hagan lo que quieran!”, porque ellos tienen otra mina en Ayacucho. Más claro imposible, a las mineras solo les importan sus ganancias y tienen a su servicio a “defensores”, ministros y periodistas, son los verdaderos dueños del Estado.
En realidad, la minera ya ha abierto un proceso de liquidación debido a la presión de los acreedores para el pago de sus deudas. Es decir, los obreros que han sido sometidos a los abusos e impunidad de la minera Quiruvilca, se les impone seguir dejando su suerte en manos de la patronal saqueadora y el Estado burgués. Ahora se supone que tienen que esperar la liquidación y la división del patrimonio para saber si volverán a tener trabajo. Bajo su instinto de clase, los obreros han tomado la mina en sus manos, formando piquetes para protegerla del robo de maquinaria y están realizando movilizaciones en la ciudad de Trujillo. Sin embargo, sus dirigentes están sembrando falsas ilusiones en los métodos legales y en la negociación con los congresistas de la patronal, mientras que los jefes sindicales de la Federación Minera del Perú los han abandonado a su suerte, después de que traicionaran la huelga nacional del año pasado de la mano de Mario Huamán (CGTP), levantándola en base a un acuerdo vago con el gobierno de PPKeiko. Los obreros de la mina “Catalina Huanca” en Ayacucho también se han declarado en huelga, están todas las condiciones para que se vuelva a convocar la huelga nacional minera.
Si los capitalistas dicen estar en quiebra, entonces, se debe exigir la publicación de todos sus libros contables para no caer en sus trampas. De hecho la canadiense Panamerican Silver era propietaria de la mina pero la vendió el 2012 a una empresa de las Islas Caimán y posteriormente la mina pasó a otras manos, es evidente que este fraude no empezó ayer. La única solución para salvar el trabajo y la vida de los trabajadores del pueblo de Quiruvilca, es la toma de la mina y su expropiación sin pago y bajo control de sus trabajadores y de su población empobrecida. Este es el primer paso elemental para salvar la mina de su liquidación capitalista. Incluso puede ser que todo se trate de una estrategia de la patronal para despedir trabajadores y desconocer sus demandas. Con mucha más razón se debe proceder a la confiscación inmediata de todas sus propiedades. ¡La crisis del capitalismo la deben pagar los capitalistas! Y para protegerse de la policía nacional minera se deben poner en pie comités de autodefensa bajo la dirección de un comité de lucha con delegados revocables en cualquier momento. Los trabajadores mineros solo deben confiar en sus propias fuerzas y no en abogados y tribunales controlados por la CONFIEP y las grandes mineras.
Los destapes de Odebrecht nos han demostrado que los empresarios tienen bajo sus órdenes todo el aparato estatal, desde presidentes, alcaldes, abogados y policías mientras los trabajadores mineros vienen siendo salvajemente explotados. Los dirigentes sindicales, sin embargo, siguen apelando a estas instituciones en lugar de confiar únicamente en las fuerzas de la clase obrera. La unidad hace la fuerza y por esta razón no solo se debe reiniciar la huelga nacional minera desconociendo los acuerdos de julio del año pasado, sino que se debe convocar a la movilización de todos los obreros de todas las ramas bajo un solo pliego de demandas, porque las condiciones de explotación son las mismas y la lucha debe ser también una sola. Los obreros arequipeños de Kola Real, por ejemplo, llevan ya meses de huelga y están ansiosos de unificar fuerzas. Los campesinos paperos del centro, que sufren la contaminación de sus tierras y el efecto nefasto de los TLC, deben ser también convocados bajo la consigna ¡agro tecnificado sí, mina capitalista no! Porque si la minería fuera nacionalizada sin indemnización y bajo control obrero, entonces, se la pondría al servicio de una industria de tractores y fertilizantes, contribuyendo a la tecnificación de la agricultura y no a su destrucción. Los obreros de Quiruvilca pueden encabezar esta unificación convocando un Congreso de todos los trabajadores con delegados revocables y protegido por autodefensas, llamando a la solidaridad de los obreros mineros de Chile, de Ucrania y de todo el mundo.
El actual gobierno fujimorista de Odebrecht es un gobierno burgués debilitado por el escándalo y las disputas internas, lo único que lo sostiene es la burocracia sindical y la pequeñaburguesía reformista que en alianza con la burguesía “nacionalista” de NP y el FA han puesto en pie un “Comando Nacional Unitario de Lucha” (CNUL), cuyo único objetivo es salvar el régimen presidencialista. La vacancia y adelanto de elecciones es solo otra forma extrema de contener la lucha de los trabajadores y lo más seguro es que no sume los votos necesarios. Contra esta trampa la consigna democrática de Asamblea Constituyente Revolucionaria cobra plena actualidad, y se convierte en la mejor arma para que los obreros establezcan su alianza con los campesinos pobres, de la mano de la lucha antiimperialista contra las transnacionales, la deuda externa, los TLC y las bases militares yanquis. De forma táctica se debe exigir a los dirigentes sindicales que rompan su alianza con Arana y Mendoza y asuman estas banderas de lucha, sin dejar de advertir a las bases que con estos dirigentes la derrota está asegurada.
Los obreros conscientes deben saber, sin embargo, que todas estas justas demandas solo podrán ser conquistadas bajo un nuevo Estado al servicio de los explotados y no de los explotadores, Estado que podría formarse a partir de ese Congreso de todos los explotados y soldados rasos. Solo bajo una economía en transición al socialismo, los trabajadores podrán empezar a acabar con todos sus padecimientos. Y dado que el “socialismo en un solo país” no existe, solo unificando a los obreros de los países atrasados y avanzados bajo el mismo programa socialista se podrá obtener la victoria. Este es el único camino que tienen los asalariados para librarse de las cadenas de la esclavitud capitalista.
¡Una sola lucha en Perú, Chile, Ucrania, Sudáfrica, Bolivia, España y todo el mundo contra los propietarios privados de las minas e hidrocarburos!
¡Por un partido obrero revolucionario, por la refundación de la Cuarta Internacional!