Contra la persecución política a las organizaciones de los trabajadores

En los últimos meses, la prensa burguesa ha llenado sus primeras planas de mentiras y ataques contra los docentes que se encontraban en huelga indefinida contra el gobierno fujimorista de PPK[i]. La burguesía tiene la imperiosa necesidad de mantener esta propaganda de persecución contra los explotados que se levantan por mejores condiciones de vida. Durante años el régimen ha venido promulgando una serie de leyes para criminalizar las protestas sociales y perseguir a los trabajadores con medidas cada vez más duras, profundizadas por los diferentes partidos burgueses que han gobernado.
El imperialismo no puede sostener ni justificar abiertamente su represión en tanto las fuerzas no le sean favorables, su campaña internacional contra los explotados del planeta ha sido velada en algunas ocasiones bajo la lucha contra la delincuencia organizada o el narcotráfico. Su cinismo no tiene límites, las masacres contra las masas que reclaman sus derechos son parte de los crímenes más organizados de la Historia: el desangrado proletariado sirio y árabe, los hambrientos trabajadores en Grecia, las semicolonias y colonias saqueadas y sometidas como Guyana Francesa son solo algunos crímenes de las potencias mundiales para “salvaguardar el orden de las cosas”. Así mismo el gobierno de Washington de la mano de la DEA es uno de los más grandes traficantes de droga en el planeta. Entonces, se ha buscado perseguir a los trabajadores de distintas maneras, siempre con el fin de frenar y castigar sus luchas y levantamientos por el pan y mejores condiciones de vida.
Sin duda, los maestros del Perú ya venían siendo perseguidos con leyes como la del “desarrollo docente”, que limita su desempeño en las aulas. Esta ley les prohíbe expresar opiniones políticas, sin embargo, la burguesía sí tiene todo el derecho de dictar los programas curriculares, las políticas de acceso a la educación pública, las condiciones laborales de los maestros en las provincias y pueblos alejados donde los niños tienen que caminar horas para llegar a la escuela. La hipocresía de la burguesía no tiene comparación, su único fin es adiestrar sirvientes para atarlos a la maquinaria del capital y desecharlos cuando estos ya no les sirvan. Bajo esta lógica su educación solo es una estafa y un negocio en un país de esclavos asalariados.
En estas condiciones los maestros iniciaron su lucha por aumento de salario, mejores condiciones laborales y mayor presupuesto para la educación. Esta huelga económica tenía como particularidad que los jefes a quienes presentaban sus demandas se encontraban en la administración del Estado burgués. Y estos funcionarios del capitalismo que cuidan las migajas que les dejan las transnacionales por facilitarles el saqueo, tenían que atacar a sus trabajadores, como lo haría cualquier industrial en una huelga de sus obreros hambrientos. Ahora el Estado no era el “mediador imparcial” de la lucha de clases, sino el enemigo inmediato; con mucha más razón tenía que calumniar esta heroica huelga, amparado en leyes inquisitoriales como la de “apología del terrorismo”, dispositivo legal que demuestra que en el Perú no existe plena libertad de expresión.
A los maestros se les acusó de ser manipulados por sus dirigentes, a los dirigentes de ser miembros del MOVADEF y al MOVADEF de dirigir a los “terroristas del VRAE”; en conclusión se acusó a las decenas de miles de maestros del país de ser terroristas sobre la base de una cadena de mentiras y medias verdades. En primer lugar, los maestros no salieron a la huelga “manipulados” por sus dirigentes, sino por el hambre de sus hijos y el temor a ser injustamente despedidos. De hecho esta huelga nacional tuvo que vencer primero la resistencia de la burocracia sindical de Patria Roja pero también la de Pedro Castillo que tardó un mes en secundar la iniciativa tomada por el Cusco.
En segundo, lugar, el gobierno no ha podido demostrar que los dirigentes del CONARE sean integrantes del MOVADEF, en realidad existen varios partidos estalinistas y maoístas que se disputan el aparato burocrático del SUTEP. Finalmente, si esto es cierto o no, solo puede ser relevante para los que definen al MOVADEF como “terrorista”. Esta es precisamente la más vulgar mentira de todas. Un partido que ha renunciado a la lucha armada y que solicita abiertamente la liberación de “todos los prisioneros de la guerra interna” incluyendo a Fujimori y Montesinos, en nombre de una reaccionaria “reconciliación nacional”, no puede ser “terrorista” en ningún sentido del término. Como será de cierto esto que hasta el fujimorismo, que se presenta como el más “antiterrorista” de todos, no tiene reparo en aliarse con Pedro Castillo, supuesto militante del MOVADEF.
Se debe entender que toda lucha seria de los trabajadores contra el aparato genocida del Estado burgués va a ser calumniada siempre como “terrorista”. En Ecuador Correa llamó terroristas a los campesinos pobres que marcharon en Quito contra su política entreguista. En Brasil las leyes que dejó Dilma califican de terrorismo cualquier toma de carreteras. En Venezuela Maduro llama terroristas a los pobres que protestan por el pan. En Ucrania el gobierno fascista llama terroristas a los obreros mineros de Dombás. En Siria Al-Assad llama terroristas a las milicias revolucionarias que combaten su dictadura. Las guerrillas de Cuba y Nicaragua también fueron calificadas de terroristas por las dictaduras de Batista y Somoza. En Perú hasta Haya de la Torre fue calificado así por la prensa gamonal y las guerrillas pequeñoburguesas de los 80 no podían ser la excepción.
La emergencia de Sendero Luminoso y el MRTA es el resultado directo de la traición de estalinistas, falsos trotskistas y reformistas en general a la lucha revolucionaria contra el gobierno militar de Morales Bermúdez (1975-80). Habiendo impedido el armamento de las masas, los reformistas sostuvieron la transición “democrática” a Belaúnde y dejaron a sectores de la vanguardia en manos de la desesperación semianarquista. Nuevas luchas de masas, sin embargo, impidieron su aislamiento total como en el pasado, permitiendo que resistieran por años la campaña de aniquilación del régimen. Sin embargo, la revolución obrera y campesina en el Perú y en el resto del continente fue finalmente derrotada, bajo la decisiva influencia de la caída de los Estados obreros a manos del estalinismo, forzando el repliegue y desarme del movimiento guerrillero.
Sus acciones de terrorismo individual (secuestros, ajusticiamientos, etc.) fueron el reflejo de su radicalización apresurada y desesperada, no de una estrategia proletaria razonada, más aún cuando tenían como blanco a dirigentes de masas[ii]. Como disciplinadas organizaciones estalinistas, tanto Sendero como el MRTA jamás se propusieron el derrocamiento del Estado burgués y la conquista de la dictadura del proletariado. La sucia campaña anticomunista de la CIA les atribuyó cualidades políticas que no poseían. La principal acusación marxista contra estos partidos es que traicionaron a las masas con su política reformista de “revolución por etapas”. En este sentido, sus diferencias con la izquierda pacifista que colaboró en su liquidación física son cuantitativas, no cualitativas. Derrotados, ahora buscan su integración formal en esa misma izquierda electoral que alguna vez sentenciaron a muerte. Esto representa el MOVADEF, un partido de guerrilleros arrepentidos que, sin embargo, quiere seguir reivindicando el “marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo”, es decir, el mismo colaboracionismo de clase[iii].
Si bien los trotskistas rechazamos todo terrorismo individual como ineficaz y contraproducente, defendemos el armamento de las masas y la insurrección de los soldados rasos como elementos objetivos de la historia de la lucha de clases y pasos fundamentales en su liberación. La izquierda pacifista, por el contrario, al oponer resistencia a la marcha de la Historia, condena bajo el rótulo de “terrorismo” todo levantamiento armado de las masas, exactamente igual como hace la burguesía, haciendo homenajes a guerrilleros muertos o quebrados mientras lanza calumnias contra las milicias revolucionarias de Siria, Libia o las de Ucrania. Una tarea fundamental para el movimiento obrero internacional es pues combatir la sucia campaña “antiterrorista” del Estado impulsada en complicidad con la izquierda reformista de jóvenes cobardes y viejos arrepentidos. La lucha armada de los trabajadores contra la opresión del capital es el derecho más útil y preciado que estos poseen. Desde Espartaco se sabe que todo esclavo tiene derecho a sublevarse contra sus amos y por eso los esclavos del capital no pueden ser la excepción.
En Perú está campaña “antiterrorista” sigue en pie y ahora se ha acusado a Pedro Castillo y otros dirigentes del CONARE, de haberse organizado “para delinquir” y se pretende encerrarlos por estos cargos. Lo peor de todo es que esta sucia campaña también cuenta con el respaldo directo de gran parte de la izquierda del capital. Los estalinistas de Patria Roja en el CEN – SUTEP no han hecho más que repetir las calumnias del gobierno, lo que les mereció el repudio de las bases magisteriales a nivel nacional. El Frente de Arana y Mendoza, aunque hoy se encuentre “dividido” por cálculos electorales, no ha hecho más que reproducir los argumentos del fujimorismo en su lucha contra el “terrorismo”. El líder de Tierra y Libertad declaraba: “Exhortamos a las autoridades del Ejecutivo y todas las fuerzas políticas a mantener una firme actuación de rechazo al terrorismo, combatiéndolo política, ideológica y penalmente como lo venimos haciendo desde el Frente Amplio”[iv].
El gobierno ya venía denunciando la supuesta infiltración del MOVADEF en las movilizaciones, como la del pasado 1 de mayo. El ministro explicaba al parlamento que la policía acompañó esta marcha “para documentar los hechos y presentar, posteriormente la denuncia penal que permita actuar a los fiscales”[v]. Y como era de suponer, los estalinistas de la Federación de Trabajadores de Construcción Civil del Perú, en lugar de condenar esto salieron a declarar su apoyo al ministro en la “lucha contra la delincuencia”: “(La FTCCP) expresa su respaldo a la labor del ministro del Interior, Carlos Basombrío, en su combate a las mafias de construcción, y rechaza los pactos políticos infames en el Congreso de la República que, por intereses propios, pretenden desestabilizar su gestión”[vi]. De esta manera la burocracia sindical cumplía su rol de policía política del régimen. Y como reconocimiento a sus servicios la DINCOTE detuvo a uno de sus dirigentes por “apología al terrorismo” solo por llevar la bandera del PC con la hoz y el martillo.
El gobierno intentó desorganizar la huelga de maestros con la trampa de la negociación y firmando acuerdos con el CEN – SUTEP (Patria Roja), pero esto no dio resultado. El ministro Basombrío redobló entonces el ataque mostrando una ilustración con los “organismos generados del terrorismo” que según él serían fachada de Sendero. En la gráfica figuraban “Las Zonas” nacidas en la lucha de los jóvenes explotados contra el Régimen de Laboral Juvenil de Humala. La respuesta que obtuvo de parte de los reformistas que desorganizaron el movimiento zonal solo fue de rechazo a las vinculaciones con el terrorismo, reconociendo la autoridad del Estado para perseguir políticamente a los que piensen diferente[vii]. Esta política de colaboración con la burguesía ya la habíamos visto antes cuando expulsaron burocráticamente de las asambleas zonales a quienes denunciaban sus traiciones acusándolos también de ser “violentistas”[viii].
Esta es la única finalidad detrás de la persecución del MOVADEF, el objetivo es perseguir al proletariado y sus organismos más combativos como fueron Las Zonas, verdaderos embriones de organismos de doble poder de los barrios de Lima, organismos nacidos de las masas en combate que consiguieron una victoria parcial enfrentando a la burguesía y su gobierno, contra ellos es que realmente va dirigida la campaña “antiterrorista”. Con ellas la juventud explotada pudo imponer sus intereses por encima del desprecio de la burocracia sindical que gusta del pacifismo y de las mesas de diálogo conciliadoras con los patrones; peleó por los intereses de los campesinos pobres como los de Islay provocando que la burguesía aterrada gritara en Caretas “Espartambos en Lima” luego de la combativa jornada de lucha del 28 de mayo del 2015 en la capital, haciendo referencia a los Espartambos perseguidos en Arequipa, germen de nuestros organismos de autodefensa que los trotskistas peleamos por conquistar en el movimiento zonal.
La burguesía conoce bien a su enemigo, es el proletariado revolucionario y su capacidad para organizarse y hacer tambalear al régimen capitalista, a ellos les llama terroristas, contra ellos está dirigida toda esta campaña a nivel mundial. Lo que no se dice es que los verdaderos terroristas son los gobiernos burgueses que han impuesto el fascismo en Europa y la persecución a familias migrantes. La cárcel estadounidense de Guantánamo, avalada por los Castro, sigue siendo el principal centro de tortura mundial de prisioneros sin juicio. Terrorismo son las dos bombas atómicas lanzadas por los EEUU, el régimen sionista sobre Palestina, los bombardeos sobre Siria, frente a los cuales las acciones terroristas del islamismo burgués palidecen como remedos ridículos. Terrorismo es el juicio montado contra los Petroleros de Las Heras y el asesinato de Santiago Maldonado en Argentina. Terrorismo fue el que empleó el gobierno de Peña Nieto al asesinar a los estudiantes de Ayotzinapa y a los maestros de Oaxaca por el hecho de oponerse a la privatización de la educación pública. En Perú aún no se olvida la masacre de Bagua y es necesario recordar también otros crímenes como el de Huanta a manos del militar Velasco. Hace tiempo que la burguesía le ha declarado la guerra a los pobres y estos no han hecho más que intentar defenderse buscando una alternativa al infierno de la esclavitud capitalista.
Los gobiernos llevan adelante esta campaña a cuenta de la burguesía y del imperialismo. Los revolucionarios no le tememos a las calumnias de los capitalistas, explicamos a las masas trabajadoras la razón de esta política, mientras el reformismo se inclina ante el poder establecido jurándole respetar su fraudulenta legalidad. Tenemos que combatir también a estos “pacos de rojo” como decían los estudiantes chilenos, en defensa de nuestras organizaciones de lucha. Tenemos que acabar de una vez por todas con el terror que impone la patronal todos los días en las fábricas, en los barrios y en las calles. Ningún gobierno burgués puede dejar de reprimir y perseguir a los trabajadores. ¡Basta de ilusiones! Solo bajo un gobierno de obreros, campesinos pobres y soldados rasos, se pondrá fin a la persecución y también al hambre, desmontando las bases de capitalismo y peleando por extender la revolución socialista a los países más avanzados y a todo el mundo.
¡ABAJO LA PERSECUCIÓN POLÍTICA AL MAGISTERIO PERUANO!
¡LIBERACIÓN DE TODOS LOS PRESOS Y PERSEGUIDOS DEL CAMPO DE LOS EXPLOTADOS A NIVEL MUNDIAL!
¡POR LA REFUNDACIÓN DE LA CUARTA INTERNACIONAL!
Notas
[i]<https://zonaobrera.wordpress.com/2017/08/12/viva-la-huelga-del-magisterio-peruano/>
[ii] A pesar de las profundas diferencias que tenemos con estas organizaciones, no le reconocemos al Estado burgués genocida el derecho de meter a prisión ningún trabajador por razones políticas. Los crímenes de la guerrilla maoísta contra obreros y campesinos inocentes deberán ser juzgados y castigados por un tribunal proletario internacional.
[iii]<https://zonaobrera.wordpress.com/2017/09/04/el-maoismo-lo-hizo-otra-vez-nueva-version-de-patria-roja-traiciona-la-huelga-magisterial/>
[iv]<https://elcomercio.pe/politica/partidos/frente-amplio-pide-investigar-presunta-apologia-terrorismo-263889>
[v]<https://elcomercio.pe/politica/gobierno/basombrio-dice-ley-apologia-terrorismo-ambigua-418291>
[vi] <http://www.ftccp.com/jdownloads/Biblioteca/Informativo/23_Informativoftccp.pdf>
[vii]<https://redaccion.lamula.pe/2017/08/21/huelga-magisterial-carlos-basombrio-pedro-castillo-movadef-terrorismo-conare-las-zonas-ley-pulpin/jorgepaucar/>
[viii]<https://zonaobrera.wordpress.com/2015/07/01/campana-por-la-democracia-obrera-dentro-de-las-zonas-y-centrales-sindicales/>