¡QUE SE LEVANTE EL PROLETARIADO INDUSTRIAL!

Ya han pasado casi tres meses desde el inicio de la revolución campesina del sur motivada por la vacancia parlamentaria del exrondero Pedro Castillo, abandonado hasta por su propio partido, después de su fallido Autogolpe.

Su lugar ahora lo ocupa Dina “la Asesina”, personaje siniestro salido de las filas del nacionalismo burgués, de su ala “moderada”. Su accionar criminal contra protestas inicialmente pacíficas nos demuestra una vez más que la Presidencia de la República siempre fue y será la tapadera “democrática” de las fuerzas del “militarismo y la reacción”, como escribió Trotsky.

Hoy, esta heroica revolución de la fracción más oprimida del campesinado peruano, la quechua-aimara, está siendo bañada en sangre y forzada a replegarse, y aunque se sabe que toda revolución es un movimiento de flujos y reflujos, hay claros responsables al interior del movimiento de masas: las direcciones reformistas.

No vamos a repetir aquí toda la lista de traiciones que estas direcciones seudosocialistas han cometido durante décadas. Solo basta mencionar que llamaron a votar por Castillo y luego apoyaron su intento de Autogolpe o se unieron al fujimorismo para vacarlo. Para esta gente solo existen dos caminos, aunque ambos terminen siempre en los vestíbulos de la CONFIEP.

No solo se trata de que han impuesto el aislamiento de las masas campesinas del sur con su conocida política de marchas pacíficas de presión, garantizando a la clase dominante la identificación y expulsión de los “violentistas”. Ahora intentan posar de revolucionarios declarando la “huelga general indefinida” después de tener la absoluta seguridad de que el proletariado industrial del país, ocupado o desocupado, no respondería al llamado. Ahora se ve más claro que sus convocatorias previas solo eran para tantear esto.

Lo cierto es que esta misma gente, los estalinistas en la CGTP y demás reformistas, son los responsables de esta parálisis, a pesar de que hay asentamientos urbanos donde las condiciones de vida son incluso peores que las del campo. Como en el pasado, esta política contrarrevolucionaria se apoya en el relativo reflujo de la lucha obrera internacional y la relativa estabilidad económica del país.

Pero además se apoya en la experiencia de los obreros con Castillo, que gobernó en todo momento para la CONFIEP, liberándola de impuestos mientras imponía, irónicamente un 5 de abril, el Estado de Sitio en Lima contra una falsa alarma de saqueos motivados por el alza de precios, alza que ya había provocado la movilización de las masas hambrientas de Junín. Los obreros no le debían, entonces, nada a Castillo y por esto no se movilizaron contra su vacancia, como tampoco se movilizaron cuando vacaron al empresario Vizcarra.

Ahora bien, en favor de los campesinos pobres Castillo tampoco hizo nada además de una promesa etérea de reforma agraria. De hecho, su Gobierno mandó a la Marina a reprimir a los campesinos de Loreto y a la Policía contra los comuneros de Las Bambas. Sin embargo, como ya habíamos advertido, las provincias quechua-aimaras del sur que votaron en primera vuelta por Castillo, sí se movilizarían en su apoyo sobre todo con la ilusión de que este convoque a una Asamblea Constituyente[i].

Evidentemente detrás de esta consigna democrático-burguesa se encuentra el anhelo de los campesinos de poder decidir sobre la actividad minera extranjera que se realiza en su territorio, de ahí que en esta lucha esté mezclada la cuestión agraria con la cuestión nacional. Y si bien Castillo no habla quechua, su discriminado sombrero serrano y su anuncio final de Constituyente fueron suficientes para convertirlo en el caudillo cautivo de esta revolución de la nación quechua-aimara contra la “élite limeña” racista.

De hecho, la principal consigna de las masas insurrectas del sur no es el adelanto de elecciones sino la liberación y restitución en el poder de Pedro Castillo, aunque algunos reformistas no se quieran dar por enterados. Como ya hemos explicado esto no implica que su lucha no sea progresiva ya que sus consignas “negativas” contra Dina y el Congreso lo son[ii]. Pero tampoco se puede ocultar que estas ilusiones persistentes en un nacionalista burgués de derecha como Castillo dificultan la forja de la alianza obrero-campesina.

No hay que olvidar que en Puno, Cusco o Ayacucho no hay fábricas pero sí minas, con obreros esclavizados que anhelan su liberación pero que no se identifican con las consignas de los campesinos sobre todo con la conocida “agro sí, mina no”, que el reformismo impuso conscientemente para separar al obrero minero del campesino antiimperialista. Incluso en estos meses se han registrado ataques contra trabajadores de campamentos mineros, ataques que se podrían haber evitado si las direcciones obreras y campesinas buscaran sinceramente unificar sus fuerzas contra el capital.

Esta es pues la principal debilidad de este proceso revolucionario reducido hoy a los campesinos del sur y a sus delegados enviados para marchar en Lima. Si el proletariado industrial no emerge como caudillo revolucionario, es inevitable entonces que las masas campesinas y nacionalidades oprimidas viren hacia caudillos burgueses como Pedro Castillo o Antauro Humala. Como se sabe, la política consciente de los reformistas del campo y la ciudad es subordinar las masas a la burguesía, sobre todo a su fracción “patriota”, “progresista” o “democrática”. Esta es pues la conocida política de Frente Popular del reformismo.

De hecho, el llamado “Comité de Lucha Nacional de las Regiones” es un nuevo vástago de esta política. Sus representantes del interior están vinculados a la agricultura o la pesca artesanal pero su representante por Lima, Ciro Silva Paredes, es un empresario inmobiliario, exoficial de la Marina. Peor aún su presidente, Alberto Yucra Alfaro, es el líder del “Partido Etnocacerista Runamasiy”, escisión por derecha del movimiento de militares nacionalistas de Antauro Humala. Como será de contrarrevolucionario este Yucra, que en su partido milita un exoficial de la Policía, Hilario Rosales Sánchez, opuesto a Antauro por seguir reivindicando el ajusticiamiento de sus “hermanos policías”[iii].

Es verdad que, por presión de los campesinos, Yucra se ha visto obligado a criticar a los burócratas de la CGTP pero al mismo tiempo está recibiendo el apoyo de los burócratas de la FENUTSSA que en su huelga del 2013 respaldaron la reforma de salud del imperialismo con la excusa falsa de impedir “el despido de los trabajadores especiales”. Como buen nacionalista burgués, Yucra ha pedido además la intervención de Rusia y Corea del Norte en lugar de llamar a los explotados de América Latina a insurreccionarse contra sus gobiernos neoliberales o bolivarianos para romper el cerco a la revolución peruana[iv]. El hecho de que corresponsales del PTS en Perú difundan sin crítica sus convocatorias no cambia en nada la naturaleza frente-populista de este Comité[v], finalmente ellos también están a favor de la liberación y restitución en el poder de Pedro Castillo[vi].

Lo mismo sucede con el llamado “Comité Nacional Unificado de Lucha del Perú” – CONULP cuyo lema es “por favor intervenga Comunidad Internacional[vii]. Su promotor es Juan Diego Motta de “Izquierda Socialista”, partido cuya glorificación de Castillo haría sonrojar incluso a Guido Bellido. Y en la medida que ambos Comités son pacifistas, denuncian un supuesto “Golpe Parlamentario” de la CIA (con votos de Perú Libre) y piden la renuncia de la “usurpadora” Dina Boluarte, su separación no tendría otra explicación que abrir paso a sus propias candidaturas para las próximas elecciones.

Seguro algunos reformistas muy listos nos dirán que nuestra crítica es sectaria y deberíamos hacerla al interior de los “soviets”, así sean dirigidos por mencheviques. Y el problema es justamente ese, que este Comité ni es un verdadero soviet de obreros y campesinos, ni sus dirigentes pertenecen a partidos de obreros sino de exoficiales del Ejército y la Policía. Este Comité no es pues el embrión de la dictadura del proletariado sino de la dictadura del Kuomintang peruano. Y así como Stalin pidió reforzar con obreros el frente “antiimperialista” de Chiang Kai-shek, así hay neoestalinistas que están respaldando hoy sin crítica estos Comités para impedir la emergencia de verdaderos soviets obreros.

Esta es pues la tarea que los verdaderos internacionalistas tenemos por delante; seguir llamando a los explotados de las fábricas, minas y barrios obreros a movilizarse también, no en apoyo de Castillo ni de un tramposo adelanto de elecciones, sino en contra del dominio de la burguesía que garantiza su explotación despiadada y la opresión de sus hermanos de clase del campo, llamándolos a luchar por todas sus demandas (Asamblea Constituyente, confiscación de minas, liberación de presos políticos, etc.) pero bajo la más absoluta independencia política de clase, rompiendo todo vínculo con nacionalistas burgueses como Castillo, Antauro o Yucra, poniendo en pie sus propios organismos de lucha como las Zonas, llamando a los campesinos pobres y soldados rasos a unificar fuerzas en un Congreso de todos los Explotados, sin patrones ni milicos.

El llamado a la movilización del proletariado industrial ocupado y desocupado y a la formación de verdaderos soviets armados es la tarea del momento en Perú, lucha que no puede quedar aislada y es por eso que debemos llamar también desde hoy al levantamiento de las masas explotadas de toda América Latina y del mundo en contra de sus gobiernos burgueses, así se pinten de “progresistas” o hasta “socialistas”. Este llamado no lo harán los estalinistas, ni tampoco los falsos trotskistas que envían desde Argentina a sus parlamentarios para derrocar a Dina, pero evitan llamar al derrocamiento de Fernández, Maduro o Castro, gobiernos que también están garantizando el saqueo transnacional en América Latina.

Solo así, poniendo en pie verdaderos soviets de obreros, campesinos pobres y soldados rasos, será posible avanzar hacia la verdadera Dictadura del Proletariado, que no podrá sostenerse en un solo país y deberá extenderse a toda el continente y el mundo, hasta conquistar la expropiación de la burguesía, genocida y parásita.

Frente a la capitulación vergonzosa del reformismo en todas sus variantes, primero a la cuarentena de Vizcarra y ahora al nacionalismo burgués, se hace más necesario que nunca reiterar el llamado a poner en pie un verdadero partido obrero revolucionario, como parte de la lucha por la refundación de la Cuarta Internacional, el partido de la revolución socialista mundial.


Notas:

[i] https://zonaobrera.com/?p=1592

[ii] https://zonaobrera.com/?p=1716

[iii] https://www.facebook.com/larepublicape/videos/893615058204942/

[iv] https://www.facebook.com/watch/?v=890057562144260

[v] https://www.laizquierdadiario.pe/Comite-de-Lucha-de-las-regiones-anuncia-huelga-nacional-indefinida-y-convoca-a-marcha-este-sabado

[vi] https://www.laizquierdadiario.pe/Congreso-golpista-aprueba-acusar-nuevamente-a-Pedro-Castillo

[vii] https://www.facebook.com/622502911528540/videos/591834985723727/

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