¡Por un nuevo Caracazo, socialista y triunfante!
La revolución latinoamericana puede estallar otra vez en Venezuela…
¡Abajo la derecha imperialista y el chavismo burgués!
La crisis de Venezuela es la crisis del capitalismo no del socialismo. La hiperinflación, la escasez, los recortes, son males propios del capitalismo. Esto que para cualquier marxista serio es elemental, necesitamos repetirlo una y otra vez porque la derecha golpista y la izquierda bolivariana han unido sus fuerzas para seguir sosteniendo el mito de que Chávez habría impuesto en Venezuela alguna forma de socialismo[1].
Como bien dijo Marx, la célula de la sociedad capitalista es la mercancía[2]. Y en Venezuela, antes, durante y después de Chávez, la producción y la distribución de la riqueza se ha hecho en base al intercambio de mercancías, a la compra y venta de bienes y servicios. Vender petróleo a las potencias, recibir sus dólares y comprar con esos dólares alimentos y medicinas que Venezuela no produce; producir ese petróleo comprando fuerza de trabajo y maquinaria con una inversión equivalente a solo una parte del total de las ventas que se quedan en manos de las transnacionales asociadas al Estado; finalmente, financiar esta inversión con crédito usurero ofrecido por la banca imperialista. ¿Qué tiene que ver todo esto con el socialismo? Si en la economía la participación del Estado es de importancia eso no cambia su esencia burguesa, su integración a la economía capitalista mundial con sus ascensos y caídas. Y ahora que el precio internacional del petróleo se ha desplomado[3], es natural que la economía semicolonial venezolana se vea afectada también[4].
La derecha critica la falta de dólares para la importación pero no dice nada de los precios altísimos que impone el monopolio transnacional a los alimentos y medicinas que se importan. Tampoco critica la especulación capitalista local que se aprovecha de la escasez reinante. La derecha levanta la bandera del “libre mercado” norteamericano criticando el “monopolio estatal” venezolano, pero no dice nada de los verdaderos monopolios privados que dominan al país y al mundo[5]. Para la derecha la crisis de Venezuela es la crisis del “modelo estatista”, pero si esto fuera así ¿por qué entonces Bolivia, con un “modelo” similar, sigue encabezando el crecimiento (rastrero) de la región[6]? Lo que sucede es que Bolivia no exporta petróleo sino gas[7], cuyo precio internacional aún se mantiene a flote[8]. Es decir, la caída de Venezuela y el sostenimiento de Bolivia no tienen nada que ver con su “modelo” sino con los precios de las materias primas que exportan. Ningún país puede escapar de la crisis mundial del capitalismo pero siempre hay unos que sufren más que otros su impacto.
La derecha presenta la crisis venezolana como excepcional en América Latina pero se olvida de Brasil que también está en recesión y de “estatista” tiene muy poco. Denuncia que en Venezuela “el consumo de carne de res pasó de 22 kilogramos por persona promedio en 2012 hasta 10 kilogramos por persona en lo que va de 2016. Algo similar sucede con el consumo de leche, huevos, pescado y pollo. De esta manera se comienza a evidenciar casos crónicos de desnutrición en poblaciones vulnerables como los jóvenes y niños”[9]. Sin embargo, en Perú el promedio de consumo anual de carne de res es de 5 kilos[10] y la anemia en menores de 5 años alcanzó el 47% el 2014 superando ampliamente a Venezuela (32%)[11], pero la prensa burguesa no habla aquí de “crisis humanitaria”, todo lo contrario, ha venido presentando a Perú como ejemplo de éxito neoliberal. En Perú, Venezuela y todo el mundo la clase obrera pasa hambre, no por culpa de supuestos modelos sino por la bancarrota de un sistema que la Historia hace ya tiempo exige sepultar.
Y justo cuando uno piensa que no es posible más vulgaridad y cinismo aparece el chavista para demostrarnos que todo límite siempre puede ser superado. Para el gobierno de Maduro la crisis es el resultado de una “guerra económica” emprendida por las transnacionales, por esas mismas transnacionales que nunca fueron expropiadas y que hicieron fabulosos negocios con Chávez durante la bonanza petrolera. Ahora Maduro ha entregado el oro, diamante y hierro del sur (Arco Minero del Orinoco) a 150 transnacionales y socios locales con el fin de “diversificar la economía”[12], sustituyendo en realidad una materia prima por otra, como si eso fuera alguna garantía de salvación. Los precios de los minerales también están cayendo y por esta razón las transnacionales prefieren compartir el riesgo con el Estado que será el accionista mayoritario. Hace poco nada más el gobierno “socialista” de Maduro se ha comprometido a cancelar una millonaria indemnización de 769 millones de dólares a la minera canadiense Gold Reserve, por haber “nacionalizado” sus operaciones[13]. Es decir, las transnacionales transfieren el riesgo al Estado y todavía le cobran por ello.
A pesar de estos hechos incuestionables todavía hay reformistas incurables que defienden a Maduro. Otros más oportunistas pretenden diferenciar su gobierno del gobierno de Chávez, “chavistas críticos” se dicen pero solo saben repetir las mismas frases huecas con las que han venido estafando a las masas por años[14]. Víctor Álvarez, ex ministro de Chávez, hasta se atreve a dar lecciones de socialismo: “La gente que hoy sufre los estragos de la escasez, especulación e inflación ha llegado a la conclusión de que ‘si esta calamidad es el socialismo, mejor me quedo con el capitalismo’. Pasará mucho tiempo para que la gente sencilla del pueblo vuelva a creer en el socialismo como vía para lograr una sociedad libre de desempleo, pobreza y exclusión social. Esto ya pasó en los países del llamado socialismo del siglo XX, pero la vanguardia chavista no aprendió esa lección”[15]. Durante años apoyaron a Chávez y ahora lamentan el desengaño de las masas, ¡no se puede ser más cínico!
La escasez y el hambre están empujando a las masas a revueltas espontáneas. El gobierno de Maduro está respondiendo con la represión más brutal, endureciendo el régimen militar bonapartista. Las condiciones para un nuevo levantamiento revolucionario están dadas. Por esta razón la burocracia sindical se esfuerza por seguir sosteniendo el régimen sembrando falsas ilusiones en una supuesta salida pacífica a la crisis. En la misma trinchera se ubican los dirigentes de la “Plataforma del Pueblo y el Chavismo Crítico” que lejos de proponer un frente único de lucha obrero y campesino están montando un nuevo frente popular con la burguesía chavista “crítica de Maduro”. Sin embargo, es evidente que estas direcciones están desgastadas y el gobierno civil de Maduro no puede garantizar su estabilidad frente a la arremetida de las masas. El imperialismo necesita un gobierno más fuerte, puramente militar, que termine el trabajo sucio que Maduro solo ha comenzado. Por ello, mientras apuesta por el diálogo y la revocatoria “pacífica” no descarta la posibilidad de un golpe militar[16]. Los acontecimientos recientes en Turquía demuestran que el bonapartismo busca siempre, por encima de libertades y parlamentos, su pureza militar.
La crisis de Venezuela no tiene una solución pacífica ni para la burguesía ni para el proletariado. Pero tampoco la tiene dentro del estrecho marco nacional. Para enfrentar a la clase obrera, la burguesía se unifica por encima de las fronteras. Los gobiernos bolivarianos cooperan entre sí y han brindado su respaldo Al-Assad, Putin y la intervención imperialista en Siria. Frente al fascismo en Ucrania se han puesto de lado de la trampa del frente popular del Este. En el continente están apoyando el pacto de Obama con los Castro que ha bendecido la rendición de las FARC y la apertura de Cuba a más inversiones imperialistas. Sin embargo, por culpa de sus direcciones patrioteras, las masas luchan separadas país por país. El Caracazo del 89, la rebelión frente al golpe del 2002 y los recientes combates de los explotados de Venezuela son parte de la lucha del proletariado mundial contra el capitalismo en bancarrota. Es necesario unir y centralizar estos combates en un gran frente obrero internacional para derrotar la ofensiva de la burguesía “neoliberal” y “bolivariana”.
Es necesario organizar la lucha por todas y cada una de las demandas de los trabajadores del campo y la ciudad. Para acabar con la escasez y el hambre se debe pelear por la ocupación de todas las fábricas y centros comerciales, avanzando en su expropiación sin indemnizaciones y bajo control obrero. La banca parasitaria debe ser expropiada y el comercio exterior debe pasar a manos del Estado. La impagable deuda externa debe ser desconocida por completo. Ninguna de estas urgentes medidas serán realizadas por el gobierno burgués de Maduro[17]. Para combatirlo es necesario organizar de inmediato la autodefensa armada de los trabajadores desde los sindicatos y comités barriales. Es necesario estrechar lazos con los soldados rasos porque sin ellos no hay revolución. El frente único obrero debe ser lo más amplio posible pero no puede tolerar ningún tipo de lazo con la burguesía chavista como pretenden los sindicalistas del “chavismo crítico”. Todos los comités de abastecimiento, de producción y de lucha deben centralizarse en un gran congreso nacional que sirva de base para un verdadero gobierno socialista de los trabajadores.
Sin embargo, la crisis económica de Venezuela no tiene solución en Venezuela. Solo bajo el socialismo internacional es posible garantizar por completo el alimento y las medicinas que necesitan las masas para vivir. La Venezuela petrolera solo podrá diversificarse e industrializarle con la asistencia de los trabajadores de los países avanzados. No hay “socialismo en un solo país” mucho menos bajo la jefatura de comandantes “nacionalistas” por más marxistas que se hayan declarado. Solo el proletariado salva al proletariado. Por el contrario, los reformistas han buscado y siguen empeñados en subordinarlo de una u otra manera a la burguesía y sus instituciones. Con ellos a la cabeza la revolución socialista no vencerá, peor aún, ni siquiera está siendo planteada. Los obreros e intelectuales revolucionarios de Venezuela deben atar su destino a la refundación del partido mundial del proletariado, la Cuarta Internacional. No hay otra salida.
CON LA BENDICIÓN DE MADURO, OBAMA Y FIDEL: LA FARC CONSUMAN SU TRAICIÓN Y DESARME
“La firma de un acuerdo final con la guerrilla de las FARC es el fin del conflicto armado. La mejor forma de ganarle a la guerra fue sentándonos a hablar de la paz”, ha declarado el jefe negociador del gobierno colombiano, Humberto de la Calle[18]. De esta forma la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, ha consumado su capitulación al Estado burgués después de cuatro años de negociaciones y décadas de traiciones a los campesinos y obreros de Colombia.
Desde sus inicios las FARC plantearon con claridad sus objetivos contra-revolucionarios ocultos bajo la fraseología del estalinismo: “invitamos a los campesinos, obreros, empleados, estudiantes, artesanos, pequeños industriales y comerciantes, a la burguesía nacional que esté dispuesta a combatir contra el imperialismo, a los intelectuales demócratas y revolucionarios, a todos los partidos y corrientes de izquierda y de centro, que quieran un cambio” (subrayado nuestro)[19]. Este es el famoso programa de “revolución por etapas” con su mito de la “burguesía democrática” y que solo ha conducido a la derrota del movimiento revolucionario donde se ha impuesto.
Las FARC están repitiendo la historia que ya hemos visto en Nicaragua donde los sandinistas traicionaron la revolución oponiéndose a la expropiación de la burguesía con el apoyo de Fidel y luego entregaron sus armas para aceptar el juego electoral del imperialismo llevándolos incluso a la presidencia del Estado burgués bajo el TLC-USA. Ahora los Castro encabezan nuevamente la traición a la revolución latinoamericana, rociando de veneno pacifista la conciencia de las masas justo en momentos cuando más necesita armarse y expulsar del continente a las bases militares del imperialismo.
Los estalinistas se han rendido pero los trotskistas no que a la cabeza de las masas sabrán alcanzar la única salida a los males presentes de la humanidad: la revolución socialista internacional.
Notas
[1] Por ejemplo, Bahar y Santos de Brookings afirman que “Venezuela multiplicó su deuda externa por un factor de seis, edificó un boom de consumo basado en las importaciones que alimentó la popularidad de Hugo Chávez y creó la ilusión de que el socialismo era, después de todo, posible…” (traducción propia). Bahar y Santos, “The road ahead in Venezuela: Navigating through a rough sea of economic crisis”, 04-01-16.
[2] Carlos Marx, prólogo a “El Capital”, 1867.
[3] De un promedio de $88 por barril el 2014, el precio del petróleo cayó a $45 el 2015 y a $35 en mayo del presente año. BBC, “What has gone wrong in Venezuela?”, 18-05-16.
[4] El capitalismo de Estado, sobre todo en países atrasados, conduce siempre al sobreendeudamiento público, la hiperinflación y la escasez de productos como sucedió en Perú bajo el primer gobierno de Alan García.
[5] Solo cuatro grandes comercializadoras de materias primas (cereales y oleaginosas) –Archer Daniels Midland (ADM), Bunge, Cargill y Louis Dreyfus, conocidas colectivamente como las ABCD–, controlan el 90% del mercado mundial de cereales. Son estos monopolios lo que determinan el alza de precios de los alimentos, haciendo grandes negocios con la necesidad de millones de personas en el mundo.
[6] El Economista, “Crecimiento de América Latina se contraerá -0.3% en 2015: Cepal”, 05-10-16.
[7] De hecho las ventas externas de hidrocarburos y minerales representan el 76% del total exportado por Bolivia. IBCE, “Bolivia: Exportaciones al primer semestre del 2016”, 08-08-16.
[8] Gustavo Delvasto, “Evolución de los precios de gas natural en el mercado internacional en el periodo 2014-2015”, 07-07-15.
[9] La Nación, “De la leche a la cerveza, los rubros golpeados por la crisis en Venezuela”, 24-05-16.
[10] RPP, “El Perú tiene el consumo más bajo de embutidos y carne de la región”, 27-10-15.
[11] FAO, “Food and Nutrition in Numbers”, 2014.
[12] Telesur, “Arco minero del Orinoco diversificará economía venezolana”, 24-02-16.
[13] El Universal, Venezuela indemnizará a Gold Reserve con 769 millones de dólares, 08-08-16.
[14] Los falsos trotskistas de la LIT-CI sostienen por supuesto este fraude. LIT-CI, “A los Compañeros de la Plataforma del Pueblo en Lucha y el Chavismo Crítico”, 04-08-16.
[15] La Razón, “Víctor Álvarez: ‘El aparato productivo fue barrido’”, 14-02-16.
[16] Henrique Capriles, el golpista del 2002 que Chávez amnistió y que ahora funge de opositor “democrático”, ha salido a declarar que el ejército está dividido frente a Maduro y que si esto se profundiza: “Sería un levantamiento militar. Y no quiero decir si tiene altas o pocas posibilidades. Pero está en el ambiente. Ahora: nosotros no lo queremos. Si nosotros quisiéramos un levantamiento militar, no estaríamos exigiendo un revocatorio”. BBC, “Henrique Capriles a BBC Mundo: ‘Un levantamiento militar está en el ambiente’ en Venezuela”, 20-05-16.
[17] “Hay que volver a las líneas centrales que planteó el presidente Chávez en Golpe de Timón: abolir el estado burgués y avanzar a una economía socialista”, le aconsejan a Maduro esos miserables seudo-trotskistas seguidores de Alan Woods en Venezuela. Durante años prometieron dar el salto dentro del partido de Chávez pero solo consiguieron profundizar su aislamiento de las masas que con justicia los identifican con el régimen chavista y sus promesas incumplidas. Deivi Peña, “Venezuela: Revolución, reforma y contrarrevolución”, 08-08-16.
[18] El País, “Colombia abre una nueva era al lograr un acuerdo de paz con las FARC tras 52 años de guerra”, 25-08-16.
[19] FARC-EP, “Programa Agrario de los Guerrilleros de las FARC-EP”, 20-07-64.