Brasil: una nueva bancarrota del Frente Popular

La caída de un “Partido de los Trabajadores” al servicio de la burguesía…

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La decadencia histórica del capitalismo y su crisis actual de casi una década no permiten que ningún país goce de estabilidad ni económica ni política. En el continente americano la crisis atraviesa todos los aspectos de la sociedad y está conduciendo a varios países al estallido. Este es el caso de Brasil. La destitución parlamentaria de Dilma Rousseff en el cargo de presidenta de la república expresa esta profunda crisis en uno de los países más poblados y extensos del mundo.

Dilma fue reelegida el 2014 como candidata de la coalición reaccionaria entre el reformista “Partido de los Trabajadores” (PT) del ex sindicalista Lula da Silva y el burgués “Partido del Movimiento Democrático Brasileño” (PMDB) del abogado Michel Temer, que obtuvo la vicepresidencia. El PT fue fundado en la década de los 80’s como desvió sindicalista para la revolución latinoamericana en Brasil. No hay que olvidar que el reformismo mundial apoyó la política castrista contra la revolución armada en Nicaragua, impidiendo la expropiación de la burguesía como se hizo en Cuba. El continente empezó entonces su tránsito de gobiernos militares a civiles pero bajo el mismo régimen bonapartista que finalmente concentraba el poder en manos de la casta de oficiales y la reaccionaria presidencia de la república, dejando al parlamento como un simple adorno “democrático”. La misma trampa se impuso en Brasil y el PT, formado por burócratas sindicales de izquierda, sirvió de sostén “socialista” del régimen semiparlamentario reuniendo en sus filas a socialdemócratas, estalinistas y seudotrotskistas.

La contrarrevolución de la década de los 90’s, apoyada en la restauración capitalista, le restó respaldo al PT brasileño dejándole el segundo lugar en cada elección presidencial. Sin embargo, la nueva revolución latinoamericana iniciada en Ecuador y desarrollada en Argentina, Venezuela y Bolivia dio un nuevo impulso al movimiento obrero brasileño y la burguesía y el reformismo pactaron un gobierno de Frente Popular como contención contrarrevolucionaria. El PT de Lula ganó las elecciones del 2002 y el 2006 de la mano del “Partido Liberal” (luego PRB) de José Alencar. Una vez en el gobierno, la demagogia social de campaña cedió su lugar a una política abiertamente a los pies de la clase dominante, garantizando el saqueo de la nación[1] y la súperexplotación de los trabajadores tal como han hecho los gobiernos bolivarianos más allá de tales o cuales concesiones de guerra[2]. El gobierno del PT ha encabezado a los países cipayos de América Latina que han ocupado Haití de la mano las potencias imperialistas[3] y ha apoyado la intervención de EEUU en Siria para salvar al genocida Al-Assad[4]. Lejos de ser una potencia mundial o regional como dice la prensa burguesa y sus lacayos de izquierda, Brasil es un país atrasado y semicolonial con una productividad del trabajo por debajo de Panamá, Argelia o Namibia[5].

La crisis mundial ha paralizado la economía[6] mientras el costo de vida aumenta y la pobreza de las favelas y el campo se agudiza. Bajo la influencia de las revoluciones en el norte de África y el este de Europa los obreros y campesinos pobres de Brasil se han movilizado pero también la clase media reaccionaria exigiendo la intervención militar contra el gobierno civil[7]. El reformismo se ha encargado de contener las luchas de los explotados respaldando por izquierda al gobierno burgués de Frente Popular, bloqueando la formación de su propia autodefensa y organismos de lucha independientes de la burocracia sindical. Sin embargo, el PT ha venido perdiendo apoyo elección tras elección revelando la crisis del Frente Popular que sacude al continente. El cambio de rostro con Dilma, que ganó las elecciones del 2010 y 2014, no los ha sacado de la crisis, por el contrario ahora ha sido despedida de su puesto contrarrevolucionario por las mismas instituciones que la pusieron allí, reemplazándola con su vicepresidente Michel Temer, luego de gobernar por años para las transnacionales y reprimir sin piedad las luchas de los trabajadores contra el hambre y los despidos de la mano del ejército y la policía militarizada[8]. Para la burguesía la crisis la deben pagar los trabajadores y en eso están de acuerdo tanto Dilma como Temer.

En este punto es necesario aclarar que la frase “golpe parlamentario” solo es un recurso retórico que usa Dilma y el PT para mantenerse en el poder. Ella misma ha declarado que no se trata de “el golpe que usaba armas, los tanques salían a la calle, las personas eran presas y torturadas, el golpe actual se da en el marco de la democracia[9]”. Es decir, se trataría de un “golpe democrático”, un completo absurdo del PT y sus secuaces dentro y fuera del parlamento. Lo cierto es que solo se trata de la salida “democrática” del frente popular luego de años de represión y falsas promesas. Si la cámara baja del parlamento puede con 367 votos contra 137 y con los votos del senado[10] sacar del gobierno al PT es porque este ha perdido más de veinte diputados desde el 2006 y el apoyo de los partidos burgueses con los que cogobernó y ahora denuncia de forma oportunista[11]. Esto no significa que Brasil ha dejado de ser una dictadura “presidencialista”, sino que el frente popular se ha desgastado tanto que puede ser desplazado con una medida semiparlamentaria[12]. Se trata de una tendencia continental que tampoco descarta la posibilidad de golpes militares como el de Honduras o invasiones como la de Haití, cuestión que solo niega la clase media pacifista enceguecida por la “revolución democrática” de los 80’s.

Organizaciones como el “Partido Socialismo y Libertad” (PSOL) o el “Partido Socialista de los Trabajadores Unificado” (PSTU) solo se separaron del PT para seguir sosteniéndolo por izquierda. De la mano de la burocracia sindical y desechos del estalinismo y la socialdemocracia, estos partidos reformistas están frenando el combate de las masas explotadas, impidiendo la conquista de su armamento, la unidad con los soldados rasos en defensa de sus derechos políticos y la formación de organismos de doble poder. Contienen así el desarrollo de la revolución latinoamericana en Brasil salvando al régimen militar-policial que hasta ahora encabezó el PT para engañar a las masas. Contra ellos los trotskistas del NRCI llamamos a la puesta en pie de un partido obrero revolucionario en Brasil como parte de la lucha por la refundación de la Cuarta Internacional, para derrotar a las direcciones traidoras que se oponen a la conquista de un verdadero gobierno de los trabajadores y de una Federación de Repúblicas Socialistas Latinoamericanas. Solo siguiendo este camino las masas podrán obtener la tierra y el pan, expulsando a las transnacionales y sus bases militares, y uniendo su combate a la lucha del proletariado árabe y europeo que ahora tiene en Francia su punta de lanza.

¡Abajo el régimen militar-policial encabezado por Temer!

¡Paso a la revolución socialista latinoamericana!


 

FALSOS TROTSKISTAS A LOS PIES DE LA BURGUESÍA EN BRASIL

Son muchas las corrientes y fracciones reformistas que se autodenominan “trotskistas”. Los sucesivos fracasos y traiciones del estalinismo durante décadas, empujaron a la clase media radical a reivindicar el programa de la Cuarta Internacional pero vaciándolo de su contenido revolucionario. En el caso de América Latina, el seudotrotskismo ha tenido incluso un rol destacado en muchas de sus crisis políticas y Brasil no ha sido la excepción. Fue la corriente morenista la que propuso a Lula y la burocracia sindical de izquierda la formación de un “Partido de los Trabajadores” reformista que garantizara la transición pacífica del gobierno militar a un gobierno civil. Como se sabe, el morenismo considera que el establecimiento de dictaduras semiparalmentarias en América Latina fue el resultado de una revolución “en el terreno de los regímenes políticos de la burguesía, del estado burgués” y no una forma particular de contrarrevolución[13]. Partiendo de esto el PT fue fundando en los 80’s para defender “un socialismo con democracia”, es decir, para impedir el desarrollo de la insurrección obrera y campesina en Brasil.

El morenismo no usó el PT como una táctica para construir un partido revolucionario, por el contrario, apoyó su programa político sembrando falsas ilusiones en Lula y la junta de estalinistas y socialdemócratas que lo acompañaban: “un candidato obrero que hacía campaña por la suspensión del pago de la deuda externa, la reforma agraria, aumentos de salarios y proponiendo un socialismo con democracia […] Desde los comienzos del PT, CS [Convergencia Socialista – LIT-CI] ha contribuido a su construcción, reivindicando su programa clasista y de lucha por el socialismo[14]”. Sí, el falso socialismo de Gorbachov, Fidel Castro y Salvador Allende. Peor aún, encubrían a la dirección nacional del PT señalando como chivos expiatorios a funcionarios locales bajo sus órdenes: “Otro [‘aporte’] fue la denuncia permanente de la actitud de los prefectos petistas (como Luiza Erundina en San Pablo o José Augusto en Diadema), que se niegan a atender las justas reivindicaciones de los trabajadores y llegan incluso a reprimir sus luchas”[15]. Y ahora, que el PSTU (LIT-CI) llama a “nuevas elecciones” o reclama un “gobierno de los trabajadores” sin revolución[16], nos damos cuenta que continúan bajo la misma política reformista y pacifista con la han acompañado al PT en toda su historia de mentiras y traiciones.

Por otro lado, es necesario señalar también la posición de otro grupo de revisionistas que han salido apoyar abiertamente a Dilma frente a su destitución parlamentaria. “Desde que la constitución brasileña no tiene un procedimiento parlamentario para despedir al presidente elegido directamente, un impeachment legalmente construido tiene que ser un golpe frío por otro cuerpo constitucional usando un poder judicial compatible”[17], afirman los falsos trotskistas de la “quinta internacional” (L5I). Para estos reformistas se trataría de un golpe porque la constitución brasileña es presidencialista y eso debe ser respetado. Ellos no son partidarios pues de la consigna de la Cuarta Internacional: “¡Abajo la presidencia de la República, que sirve como oculto punto de concentración para las fuerzas del militarismo y la reacción!”[18]. Para ellos la tarea principal de los trabajadores es devolverle el gobierno al PT: “es esencial unirse con todos los trabajadores y sus organizaciones quienes están deseando resistir los ataques del golpe en un frente común. Nuestro punto de partida tiene que ser el reconocimiento que una porción sustancial de la clase obrera brasileña continúa bajo el liderazgo de la CUT y el PT, aunque con gran escepticismo”[19].

Vemos entonces que ya sea de una u otra forma el reformismo busca impedir el desarrollo de la revolución proletaria traicionando el programa de la Cuarta Internacional que dicen defender. Contra ellos el NRCI llama a refundar nuestro partido mundial y combatir sin piedad ni descanso sus posiciones revisionistas al servicio de la burguesía caduca.

[1] Solo con respecto a la tierra cultivable la concentración de la riqueza es brutal: “Según el estudio del IBGE, las propiedades mayores de mil hectáreas controlan nada menos que 46 por ciento del agro, mientras que las fincas con menos de 10 hectáreas ocupan 2.7 por ciento”. La Jornada, “Brutal concentración de la propiedad de la tierra en Brasil, los pasados 10 años”, 5-10-09.  <http://www.jornada.unam.mx/2009/10/05/mundo/028n1mun>

[2] El mismo Lula da Silva ha declarado que: “Mi máxima realización es la de haber terminado mi gobierno habiendo superado todos los prejuicios que pusieron para que yo llegara a la Presidencia. Nunca en su vida los empresarios brasileños ganaron tanto dinero…”. Andina, “Lula afirma que quiere volver a ser ‘un ciudadano normal’”, 17-09-10.

<http://www.andina.com.pe/agencia/noticia-lula-afirma-quiere-volver-a-ser-un-ciudadano-normal-317796.aspx>

[3] Ver nuestra declaración por Haití. <http://nrci.org/blog/2016/04/16/haiti-la-farsa-electoral-de-la-ocupacion-imperialista/>

[4] Ver nuestra declaración por Siria. <http://nrci.org/blog/2016/03/22/viva-la-resistencia-revolucionaria-abajo-al-assad-y-la-intervencion-imperialista/>

[5] Banco Mundial, “GDP per person employed (constant 2011 PPP $)”.

<http://data.worldbank.org/indicator/SL.GDP.PCAP.EM.KD>

[6] Según el diario burgués “The Economist”, Brasil está sufriendo su peor recesión desde los años 30, quizás la peor “de todos los tiempos”. The Economist, “The interim government proposes some reforms”, 04-06-16.  <http://www.economist.com/news/americas/21699948-interim-government-proposes-some-reforms-nowhere-go-up>

[7] En Río de Janeiro y otras ciudades se ha desarrollado un movimiento fascista de civiles armados bajo el argumento de la lucha contra el narcotráfico en la favelas (“Liga de la Justicia”, etc.) y que solo ha dejado como saldo trabajadores inocentes asesinados impunemente. UOL Notícias, “Motoristas de vans protestam contra milícias em enterro de homem morto por se recusar a pagar taxa”, 10-06-13.

<http://noticias.uol.com.br/cotidiano/ultimas-noticias/2013/06/10/motoristas-de-vans-protestam-contra-milicias-em-enterro-de-homem-morto-por-se-recusar-a-pagar-taxa.htm?mobile>

[8] En marzo, solo con algunas enmiendas, Dilma aprobó finalmente la “ley antiterrorista” que condena a prisión hasta con 30 años a quienes “perturben la paz” con actos de “terror social” como bloqueos o tomas de locales. Diario Las Américas, “Rousseff sanciona la ley antiterrorismo con vetos pero sin satisfacer a los críticos”, 18-03-16. <http://www.diariolasamericas.com/5051_portada-america-latina/3698413_rousseff-sanciona-la-ley-antiterrorismo-con-vetos-pero-sin-satisfacer-a-los-criticos.html>

[9] Nicolás Sánchez, “Entrevista exclusiva de Dilma Rousseff a RT”, 18-05-16.

<https://www.youtube.com/watch?v=WhLT5s11hTw>

[10] BBC, “Lo que significa la aprobación del ‘impeachment’ a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff”, 12-05-16. <http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/05/160512_dilma_rousseff_brasil_impeachment_apartada_senado_votacion_presidente_temer_amv>

[11] No hay razón para negar los vínculos de altos funcionarios del PT con el lavado de dinero vinculado a Petrobras (caso “Lava Jato”). Sin embargo, es evidente que a la derecha no le preocupa en absoluto la lucha contra la corrupción de la que también participa, sino en utilizar esto para ganar su disputa por el poder. En ese sentido su acusación es tan oportunista y fraudulenta como las promesas de campaña del PT.

[12] El “impeachment” (acusación o juicio político) es un mecanismo por el cual el parlamento burgués acusa a un funcionario o gobernante de haber cometido algún delito y puede destituirlo. Es una institución propia de la democracia parlamentaria, sin embargo, en potencias como Inglaterra se ha vuelto irrelevante en la medida que el gobierno necesita del “voto de confianza” del parlamento.

[13] “Lo que Trotsky no planteó, pese a que hizo el paralelo entre el stalinismo y el fascismo, fue que también en los países capitalistas era necesario hacer una revolución en el régimen político: destruir al fascismo para reconquistar las libertades de la democracia burguesa, aunque fuera en el terreno de los regímenes políticos de la burguesía, del estado burgués. Concretamente, no planteó que era necesaria una revolución democrática que liquidara al régimen totalitario fascista, como parte o primer paso del proceso hacia la revolución socialista, y dejó pendiente este grave problema teórico”. Nahuel Moreno, “Revoluciones del Siglo XX”, 1984. <https://www.marxists.org/espanol/moreno/rsxx/vi-x.htm>

[14] Ramón Luna, “Medio Brasil votó a un obrero”, enero de 1990. <https://www.archivoleontrotsky.org/download.php?mfn=008699>

[15] Ídem.

[16] CSP-Conlutas, “16 de junio: Día Nacional de Lucha”, 09-06-16.  <http://litci.org/es/mundo/latinoamerica/brasil/16-de-junio-dia-nacional-de-lucha/>

[17] Markus Lehner, “’Order and Progress’: Brazil after the fall of Dilma”, 07-06-16.  <http://www.fifthinternational.org/content/order-and-progress-brazil-after-fall-dilma>

[18] Trotsky, “Un programa de acción para Francia”, junio de 1934. <http://www.ceip.org.ar/Un-programa-de-accion-para-Francia>

[19] Markus Lehner, obra citada.

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