El primero de mayo es de los obreros, no de oportunistas ni electoreros
Nuevos pasacalles se prepararon para olvidar la lucha de los mártires de Chicago
El proletariado mundial hoy, como en el primero de mayo de 1886, sigue luchando y esperando que sus direcciones no sólo organicen nuevas luchas por sus derechos, sino la conquista de un gobierno obrero mundial que garantice la eliminación de la explotación capitalista, porque mientras sigamos bajo el dominio de la burguesía, nuevos ataques, paquetazos y guerras se impondrán sobre nuestras cabezas.
Este primero de mayo, por el contrario, los dirigentes de la CGTP organizaron un pacífico pasacalle electorero que solo produjo decepción entre los obreros que acudieron a esta cita en un número significativamente menor al año anterior. Las principales consignas no fueron de lucha sino de apoyo al Frente Popular burgués de Verónika Mendoza, una nueva trampa contra los explotados. La lucha actual de los trabajadores de EEUU, la revolución árabe, la causa palestina, la revolución ucraniana y griega, los combates del proletariado francés, la crisis de la burguesía bolivariana, la bancarrota de la economía mundial, la persecución de los migrantes sobre todo latinos, todo esto estuvo ausente en los llamados y proclamas de la burocracia sindical estalinista que sustituyó el internacionalismo proletario con el patrioterismo electorero.
Sin embargo, el PC de Mario Huamán y Patria Roja no fueron los únicos que conspiraron para reducir este primero de mayo a la impotencia. Se dividieron las tareas con otras agrupaciones reformistas que organizaron acciones paralelas desde diferentes puntos de Lima. Los maoístas marcharon con sus sindicatos detrás de un vistoso dragón chino, que simboliza su servilismo a la actual China capitalista que explota y oprime millones de jóvenes proletarios que ya no creen en las mentiras del estalinismo. Los sindicaleros de la Red Solidaria hicieron un plantón ridículo en la Plaza San Martín, separados de la marcha obrera principal mal dirigida por la CGTP, cuando en realidad todos forman parte del Frente Amplio y tienen más coincidencias que diferencias: todos son igual de pacifistas, legalistas, electoreros y sobre todo, enemigos resueltos de la revolución socialista. Los anarquistas por su parte se regocijaron en sus gestos infantiles impotentes llamando “parásitos” a los humildes trabajadores que marchaban detrás de la burocracia sindical, confundiendo base con dirección como es su necia costumbre.
Los trabajadores deben conquistar un gran congreso de todos los explotados, encabezado con nuevas Zonas, para así poder organizar una verdadera lucha como la de los mártires de Chicago y evitar estos penosos espectáculos electoreros, oportunistas o sectarios. Ahora más que nunca es necesario poner en pie un partido revolucionario de los trabajadores como sección de una Cuarta Internacional refundada, porque solo así podremos sustituir a oportunistas y aventureros con verdaderos dirigentes revolucionarios que orienten al proletariado a su victoria final sobre el capitalismo mundial.