A propósito del semianarquismo pequeñoburgués

Publicamos a continuación la respuesta que ofrecimos a un lector del Zona Obrera, simpatizante de una corriente semianarquista europea.
Con respecto a los puntos que ha señalado, nos parece que ha habido una confusión. Nuestra organización no pertenece al operaísmo italiano, corriente que su propio fundador Mario Tronti abandonó para acompañar a los estalinistas de Enrico Berlinguer en su degeneración socialdemócrata (“eurocomunismo”). El Núcleo por la Refundación de la Cuarta Internacional es una organización marxista, leninista y trotskista que no solo es opuesta al estalinismo y la socialdemocracia, sino también al anarquismo y semianarquismo en todas sus formas.
La razón de esta oposición clara y firme no es ni arrogancia intelectual ni estancamiento dogmático. El anarquismo jamás en ninguna parte ni momento de la historia ha conseguido desarmar a la burguesía y arrancarle los medios de producción. Por el contrario, cuando dejaron de realizar actos terroristas impotentes, pasaron a capitular al Zar, como sucedió con Kropotkin que apoyó al Estado ruso en la primera guerra mundial. En esa misma guerra los partidos de la Segunda Internacional socialdemócrata apoyaron a los gobiernos imperialistas de sus países, votando desde el parlamento el presupuesto para su guerra de rapiña. Luego, esos mismos anarquistas y socialdemócratas que apoyaron la violencia imperialista de la burguesía, condenaron en nombre de la paz y la autonomía, la violencia revolucionaria del gobierno de los soviets en Rusia, conducido por el partido bolchevique de Lenin, Trotsky y la Tercera Internacional.
Sin embargo, debido principalmente a la derrota de la revolución alemana de 1923, la burocracia liderada por el traidor de Stalin encontró el terreno fértil para su ascenso al poder, lo que condujo a la liquidación de la democracia soviética y finalmente a la restauración del capitalismo, sesenta años después. Esta degeneración burocrática fue combatida por Trotsky y sus camaradas de la Cuarta Internacional, peleando por la revolución permanente, en oposición al “socialismo en un solo país”, la “revolución por etapas” y el “frente popular” con la burguesía. La caída del Muro de Berlín en 1989, por lo tanto, no implicó la caída del marxismo o el leninismo, sino únicamente del estalinismo, tal y como predijo Trotsky que sucedería, si la Cuarta Internacional no conquistaba el poder. La Historia ha dado entonces su veredicto, los hechos han verificado la teoría marxista desarrollada por Trotsky aún cuando la mayoría de organizaciones que se reclaman trotskistas no hayan estado a su altura.
Hoy las organizaciones obreras siguen secuestradas por estalinistas, socialdemócratas o anarcoreformistas que buscan abierta o solapadamente subordinar sus luchas al Estado burgués. Así, han venido apoyando a los gobiernos patronales bolivarianos, con las consecuencias que ya todos conocemos (migración en Venezuela, hambre en Cuba, represión en Nicaragua, etc.). En Perú jugaron su papel más siniestro llamando a votar a Fujimori en 1990 como supuesto “mal menor”. Luego, harían lo mismo con Toledo, con Humala y hasta con PPK, todos hoy presos o procesados por corrupción. Con su apoyo a Castillo ya pasaron de la traición al ridículo, sosteniendo a un maestro toledista cuya “segunda reforma agraria” consistió en enviar a la Marina de Guerra a reprimir a los campesinos indígenas de Loreto, liberar de impuestos a las grandes empresas y saquear el presupuesto de la nación como cualquier otro presidente ladrón. Si algo se puede rescatar de su gobierno, es su fallido golpe de Estado que (como con Allende en Chile) probó por enésima vez que el Estado está en manos de la oficialidad militar y policial que responde a la burguesía, no al presidente votado en elecciones.
Para comprender entonces la problemática de la extorsión y la delincuencia bajo el capitalismo, es necesario comprender todo este pasado histórico que hemos heredado. El que no aprende de la Historia obrera está condenado a repetir consciente o inconscientemente, las peores tradiciones y traiciones del estalinismo, la socialdemocracia y el “operaísmo”. Si desea conocer más sobre nuestras posiciones, lo invitamos a leer nuestras publicaciones, sobre todo nuestro libro “La lucha de Trotsky contra el Sectarismo”, donde explicamos todas estas cuestiones más detallada y documentadamente.
Saludos internacionalistas