¡VIVA EL LEVANTAMIENTO DE HUANCAYO!

¡ABAJO EL TOQUE DE QUEDA HAMBREADOR DE CASTILLO!
Al supuesto “gobierno del pueblo” de Perú Libre no se le ha ocurrido una mejor manera de detener la protesta social que imponiendo el encierro del pueblo pobre de Lima, para que se muera de hambre en su casa, todo con el fin de proteger la propiedad privada de los grandes supermercados de capital extranjero.
Luego del pacto de Perú Libre y la derecha para salvar a Castillo e indultar a Fujimori, este creyó que estaba ya fuera de peligro. Sin embargo, como resultado de la guerra de Ucrania, los precios del combustible empezaron a subir en todo el mundo, afectando también al Perú. Esta situación fue entonces aprovechada por los gremios empresariales del transporte para paralizar las rutas de todo el país, financiados como se sabe por la mafia fujimorista. No obstante, a esta paralización se fueron sumando agricultores pobres agobiados por el alza del precio de los fertilizantes, y finalmente, el pueblo pobre de Huancayo, que viene sufriendo el alza general del costo de vida. Así, la capital de Junín y principal base política de Perú Libre, terminó siendo el epicentro de un levantamiento popular por el pan, llevando a duros enfrentamientos con la policía, destrucción de edificios gubernamentales y toma de centros de abastos, un verdadero Huancayazo.
Luego de imponer una represión brutal que indirectamente condujo a la muerte de cuatro pobladores, el gobierno optó entonces por ceder, negociando solo con los transportistas de Junín y decretando exoneraciones tributarias para los alimentos de primera necesidad. Sin embargo, la protesta continuó en otras provincias del país, desatando el pánico de los bancos y supermercados de Lima que temían que las manifestaciones y toma de alimentos se extendieron también a la capital. Provocada la histeria colectiva en la clase alta, el gobierno del frustrado empresario de la educación Pedro Castillo terminó por reunirse con su sancochado de ministros liberales y bolivarianos, decidiendo imponer a media noche el toque de queda en Lima y Callao, aprovechando que esta medida se venía imponiendo por la pandemia.
Este decreto, promulgado en la víspera del aniversario del golpe yanqui-montesinista de 1992, es tan criminal que incluso especifica que no se podrá salir a comprar alimentos, solo medicamentos, con el fin de evitar que los hambrientos de la capital violen la sacrosanta propiedad privada de los grandes monopolios capitalistas que almacenan alimentos. Además, el decreto prohíbe que no solo los trabajadores formales vayan a laborar, sino también los informales, que viven del día a día, aunque según el nuevo Ministro de Justicia la gente no se quedaría sin comer “porque es un día” nomás, siguiendo los pasos del Ministro de Defensa que declaró que “no hubo nada más” que cuatro muertos en las protestas. Hace unas semanas dijimos que a Castillo “solo le falta celebrar el golpe del 92”, pero nunca pensamos que lo haría de esta forma.
Este es pues el verdadero rostro del gobierno bolivariano del “pueblo”, que sigue los pasos del gobierno de Ortega que masacró a trabajadores nicaragüenses que protestaban contra su pensionazo, los pasos de Evo Morales que reprimió la movilización indígena del TIPNIS contra una carretera de saqueo transnacional, los pasos de Raúl Castro que metió en prisión a los proletarios que se manifestaron contra el hambre en La Habana. Los trabajadores deben comprender que no existe una gran diferencia entre un gobierno de grandes empresarios nacionales y uno de grandes empresarios extranjeros. Ya sea nuestro patrón nacional o internacional, seguimos siendo esclavos asalariados del capital. Para luchar por el verdadero socialismo necesitamos, por tanto, romper con todos los partidos patronales, así se pinten de “democráticos” o “antiimperialistas”.
Esto no lo harán los estalinistas que usurpan la dirección de la CGTP, ni los nuevos burócratas sindicales del PST o de UNÍOS, falsos trotskistas que llamaron a votar por Castillo, como hicieron por Humala, y que ahora deberán explicar a sus bases por qué las han puesto de rodillas frente a un gobierno de Frente Popular que se ha derechizado en tiempo récord y que ya empezó a bañar en sangre el país. Las organizaciones obreras no pueden seguir soportando estas direcciones pequeñoburguesas, sindicalistas y electoreras. Esta gente no llamará a movilizarnos por el pan y por la expropiación sin pago y bajo control obrero de los grandes bancos y centros de abasto. Llamaron a acatar la cuarentena militar de Vizcarra, y ahora seguramente pedirán a Castillo que “reflexione y cambie el rumbo” cuando la consigna de hoy es: ¡ABAJO CASTILLO, PERÚ LIBRE Y EL CONGRESO FUJIMORISTA!
Los trabajadores deben desacatar el toque de queda dictatorial y hambreador de Castillo, movilizándose en Lima y todo el Perú, poniendo en pie sus propios organismos de lucha, desde abajo, con delegados revocables por las bases, resguardadas por autodefensas, y centralizadas en un gran Congreso de todos los Explotados que se reúna para votar un solo plan de lucha para acabar con el hambre por medio de la expropiación del capital. Solo así, bajo la más absoluta independencia política de clase, se abrirá el camino para la destrucción del podrido Estado burgués, que deberá ser reemplazado por un Estado obrero apoyado por el pueblo pobre, abriendo la revolución socialista que deberá extenderse a todos los países para poder triunfar.
Los revolucionarios del NRCI llamamos a los jóvenes obreros e intelectuales de Perú a sumarse a esta lucha por el verdadero socialismo, para poner en pie un verdadero partido obrero revolucionario, y refundar nuestro partido mundial, la Cuarta Internacional.