REACTIVA PERÚ: HACIENDO MÁS RICOS A LOS RICOS

Para la mayoría trabajadora del país, la cuarentena ha resultado igual o peor que el coronavirus. Muchos están pasando hambre, ya sea porque son obreros que han sido despedidos o vendedores ambulantes sin derecho a trabajar. Para colmo, los grandes empresarios están encareciendo el precio de sus productos haciéndose más ricos a costa de la desgracia ajena, mientras hacen uso de los fondos públicos despachados por el gobierno del también empresario Martín Vizcarra.
Algunos trabajadores pueden haberse ilusionado con Vizcarra, sin embargo, ya quedó claro para quiénes está gobernando realmente. No solo Vizcarra, sino el conjunto de instituciones del Estado está al servicio de una minoría de grandes empresarios que despilfarran en lujos las ganancias obtenidas del excedente de trabajo no pagado a millones de obreros. Estos obreros manuales son los que están recibiendo la peor parte de esta pandemia y de esta cuarentena, mientras los grandes empresarios y sus políticos de turno siguen haciendo jugosos negocios y negociados.
Carlos Rodríguez-Pastor, dueño de Interbank, Oechsle, Real Plaza, PROMART, IDAT, la UTP, Innova Schools, Cineplanet, casi todas las farmacias del país y más, está haciendo un gran negocio con esta pandemia, vendiendo los fármacos que necesitan los infectados a precios de monopolio. No solo eso, el propio gobierno de Vizcarra inventó el programa “Reactiva Perú” para beneficiar solo a las grandes empresas que están obteniendo millones de soles en préstamos de bajo interés subsidiados por el Estado, cuando se prometió que reactivaría a las pequeñas empresas y evitaría el despido de trabajadores.
Pero este escándalo no es la excepción, es la regla; no es un fallo en el sistema, es el sistema. Es que así funciona el capitalismo, y así de coherente es el discurso liberal apoyando la intervención del Estado solo cuando beneficia a los grandes empresarios. Todo es una mentira, como cuando el gobierno dice que no permitirá trabajos “no esenciales” y, sin embargo, permite que trabajen actores y presentadores de la televisión basura frente a millones de ambulantes que son encarcelados por buscar el pan de sus hijos.
¿Es que acaso los ambulantes son irresponsables con su vida y la de los demás? Para nada, lo que sucede es que de coronavirus se pueden morir algunos, pero de hambre moriremos todos si no trabajamos. Los miserables bonos del gobierno no son suficientes, sobre todo cuando el costo de vida aumenta. El gobierno ahora anuncia la reapertura de centros comerciales, forzado por la presión de los ambulantes, pero también por algunos empresarios que buscan recuperar sus ganancias reactivando sus ventas.
La cuarentena resultó un fracaso, como ya habíamos advertido, ya que no se consiguió nunca “aplanar la curva” de infectados ni evitar el colapso de los hospitales públicos. ¿Acaso alguien creyó que esto era posible bajo el capitalismo? Mientras miles mueren del virus o de otras pandemias olvidadas, el jefe de la policía se roba la plata de todos, el Instituto Nacional de Salud regala pruebas para que las vendan las clínicas privadas, los balones de oxígeno nos lo venden dos monopolios transnacionales, y el PBI se está hundiendo a niveles históricos. Una sociedad desorganizada y descompuesta por la competencia capitalista no podía más que caer vencida frente a los embates microscópicos de la naturaleza.
Y obviamente esta derrota no es nacional, sino mundial. En todo el mundo, incluso en los países avanzados, el coronavirus ha logrado golpear o destruir la salud de millones mientras la cuarentena los mataba de hambre. No importa si un país cuenta con menos muertos e infectados, el impacto económico de la cuarentena es global e irreversible. La burguesía quiere que sean los trabajadores quienes paguen las consecuencias, y estos en muchos países ya están saliendo a las calles para hacer pagar a la burguesía. La lucha de clases de mundial no puede detenerse y por esto somos testigos de hitos históricos como la revolución del Líbano o la rebelión de los esclavos asalariados de EEUU. Más batallones de obreros se sumarán a este combate y Perú no debe ser una excepción.
Sin embargo, para que el proletariado peruano pueda desenfundar sus fuerzas revolucionarias debe destruir primero sus falsas ilusiones en partidos y caudillos al servicio del capitalismo. Por ejemplo, el partido burgués de derecha FREPAP, con su demagogia religiosa populista, pretende ser una alternativa a los partidos tradicionales, sin embargo, sus propuestas y acciones no afectan realmente los intereses de los grandes empresarios que miran con simpatía su defensa de los valores más reaccionarios, contrarios a toda lucha revolucionaria contra el capitalismo. Lo mismo sucede con el partido de Antauro Humala, que solo buscaría repetir el fraude de los gobiernos burgueses bolivarianos.
En el caso del Frente Amplio, se trata de un clásico “frente popular” contrarrevolucionario, donde se unen dirigentes obreros y campesinos reformistas con representantes directos de la burguesía, en este caso de la burguesía agraria de CONVEAGRO que el cura Marco Arana y “Tierra y Libertad” representan. La traición que está cometiendo el falso trotskista Fernández Chacón de Uníos (UIT-CI) como parte de este frente y del congreso burgués, queda cada vez más en evidencia. Han llamado a sostener la cuarentena reaccionaria de la burguesía y para enfrentar el hambre que esta conlleva se han limitado a solicitar que Vizcarra cobre más impuestos a los ricos.
Esta es una política pacifista, impotente y totalmente opuesta a la lucha de los albañiles, ambulantes y estudiantes que están saliendo a las calles a desafiar el Estado de Emergencia, denunciando la capitulación abierta de sus dirigentes al gobierno de la CONFIEP. Ahora, presionada por esta lucha, la dirigencia burocrática de la CGTP está llamando a una marcha nacional, cuando la pandemia aún no ha retrocedido, confesando así que suspendió la lucha sindical por meses sin fundamento, incluso llegando a boicotear nuestra marcha tradicional por el Primero de Mayo, a pesar de que maneja enormes fondos sindicales que no están poniendo a disposición de sus afiliados en estos momentos de necesidad.
Contra el programa de migajas del reformismo, los explotados de Perú deben salir a las calles para combatir no solo por salario y empleo móvil, sino también para poner fin a la especulación de precios tomando y expropiando todas las fábricas, supermercados, farmacias y bancos que están lucrando durante esta pandemia. No bastan los impuestos, es necesario expropiar a los expropiadores, sin pago y bajo control obrero. Hay que desconocer la deuda externa, los TLC y nacionalizar los recursos en manos de las transnacionales. La solución al hambre está allí, y también a la pandemia, porque solo así se podrá poner la economía al servicio de la salud.
La lucha es el camino, como ya lo están demostrando los trabajadores de Líbano, EEUU y Chile. Los explotados de Perú deben salir a las calles a luchar rompiendo con la cuarentena reaccionaria, poniendo en pie comités de autodefensa, estrechando lazos con los soldados rasos y autoorganizándose en Comités de Lucha y Zonas hasta su centralización en un gran Congreso de Todos los Explotados. ¡Hay que traer abajo al gobierno de Vizcarra y su congreso fujimorista! Es que solo con el desarrollo de la revolución socialista y de la dictadura del proletariado, sobre las cenizas del Estado burgués y su casta de oficiales genocida, será posible conquistar todas y cada una de las demandas más elementales y profundas de las masas.
Las condiciones para el triunfo de la revolución socialista mundial están madurando rápidamente, las masas incluso de los EEUU están despertando a la lucha revolucionaria. El principal problema que tiene el proletariado para vencer no es la inmadurez de estas condiciones, sino la pasividad y servilismo de sus dirigentes. Para superar, este obstáculo su vanguardia revolucionaria debe unirse en un solo partido mundial, que no puede ser otro que la Cuarta Internacional refundada. En Perú, también debemos pelear por este reagrupamiento revolucionario, porque solo así será posible conquistar la victoria definitiva del proletariado sobre la burguesía.
¡VIVA LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES DE PERÚ Y DEL MUNDO!
¡ABAJO LA CUARENTENA MILITAR DEL HAMBRE!