Un proyecto de ley reaccionario
Los estudios sobre la supuesta “adicción a la pornografía” son insuficientes y estrechos, el DSM5 (manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la APA) no lo reconoce justamente por esto. Incluso hay un estudio que demuestra que no existe efecto en el cerebro y otro dice que la pornografía para mujeres mejora las relaciones de pareja. En todo caso, los expertos burgueses discuten si existe una “adicción al sexo” en general donde el consumo de pornografía es un “subtipo”. Si se regula la pornografía, entonces tendría que regularse también a los adictos al adulterio que probablemente sean muchos más. El psiquiatra Prause dice que hay toda una industria de “terapia anti-porno” que necesita que esto sea una enfermedad[1].
El proyecto de ley de Lescano, sin embargo, ni siquiera propone una discusión científica; no la necesita. Se apoya en la tradición religiosa de un país atrasado y semicolonial que financia a sus curas mientras deja morir de hambre a sus niños o los abandona en manos del sadismo de alguno de ellos. Este partido Acción Popular, fundado por el liberal Belaúnde, ya registra cosas como la quema de libros “subversivos” en 1967. Aunque les duela algunos, este es el liberalismo realmente existente, todo lo demás es pura fantasía literaria. Y sí, este es el partido amigo de la burocracia sindical y del Frente Amplio (FA), otro fraude liberal más contra los trabajadores.
Los verdaderos socialistas no podemos respaldar ninguna clase de intervención del Estado burgués en la vida privada (o en los menores de edad), pero tampoco podemos justificar la pornografía, no por las estupideces reaccionarias de la iglesia y sus congresistas, si no por nuestra lucha contra la prostitución y la explotación sexual de la mujer, cuestión que el FA, por el contrario, reivindica[2] (la pornografía es una industria multimillonaria y esclavista). Una vez que las hijas de los trabajadores más oprimidos sean liberadas de esta condena capitalista, ya no habrá a quienes usar para satisfacer las perversiones voyeristas de la clase media liberal. En todo caso, no se prohibirá que las hijas de sus líderes ejerzan este milenario oficio tan “sublime, moderno y antipatriarcal”.
Notas
[1] Kirsten Weir, “Is pornography addictive?”, abril 2014.
[2] RPP, “Candidata de FA propone hacer del Congreso un ‘burdel respetable’”, 5-4-16.