Fujimori

El exdictador Alberto Fujimori murió el día de ayer 11 de setiembre y nuevamente, como sucedió con otros exdictadores, murió en la impunidad.

Fujimori fue el relacionista público de una dictadura capitaneada por Montesinos y sostenida por la CONFIEP, las Fuerzas Armadas y la embajada de los EEUU. De la mano de paramilitares como el Grupo Colina, se llevaron a cabo múltiples masacres contra obreros, campesinos y estudiantes inocentes. Barrios Altos, Cantuta, Pativilca, el asesinato del dirigente de la CGTP, Pedro Huilca, son solo sus crímenes más conocidos de una larga lista. Consolidaron un régimen de terror contra toda oposición, en medio de una guerra civil contra el pueblo pobre, con el pretexto de combatir una guerrilla polpotiana que no buscaba el verdadero socialismo y ya estaba desgastada.

Fujimori gobernó solo para favorecer a su familia, a sus partidarios y a la élite de empresarios mafiosos dueños del Perú. Sus leyes laborales, fiscales y comerciales maximizaron las ganancias de la patronal, pero con un alto costo social y ambiental. Esta política de privatización, corrupción y represión, se implementó rigurosamente en el país en un contexto de restauración del capitalismo en la antigua URSS, disuelta y rematada por su propia burocracia estalinista.

Lamentablemente todos los asesinatos y crímenes de su régimen quedaron impunes y no es de sorprenderse, ya que fue la misma justicia burguesa la que ratificó el indulto fraudulento que le dio PPK, otro expresidente mafioso. La burguesía, la prensa vendida, y los corruptos del Congreso lloran hoy su muerte. Dina, la Asesina, le ha ofrendado tres días de luto nacional. Y es que Fujimori habrá muerto pero su régimen sigue vivo, con la burguesía y la casta militar gobernando con la misma Constitución que se impuso con su golpe criminal.

No obstante, es verdad que algunos pobladores de los barrios más pobres del país, siguen engañados creyendo que Fujimori hizo algo por ellos. Esto se explica por la traición de falsos socialistas que impulsaron la política del “mal menor” primero llamando a votar por el propio Fujimori en los 90 frente al derechista Vargas Llosa y posteriormente con todos los gobiernos que sostuvieron su régimen.

Por este motivo, los obreros no pueden seguir confiando en candidaturas oportunistas sostenidas por sindicalistas serviles. Solo las propias fuerzas de los trabajadores podrán remontar esta situación, solo un Gobierno obrero en alianza con los campesinos pobres puede hacer verdadera justicia contra los dictadores de la CONFIEP. Solo la dictadura de los trabajadores apoyada en la lucha internacional puede realizar todas sus justas demandas. Solo con el socialismo mundial acabaremos con todos los males inherentes al capitalismo. Los revolucionarios seguiremos luchando y resistiendo para conquistar este mundo nuevo; sin guerras, sin masacres, sin Fujimoris.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *