Ni fiesta ni pasacalle: el primero de mayo es día de combate
La peor tragedia del proletariado es luchar dividido país por país contra una clase social unida internacionalmente para aplastarlo. En los cinco continentes, la clase obrera está llevando a cabo duros combates ofensivos y defensivos contra la burguesía y su Estado. Sin embargo, por culpa de sus direcciones patrioteras y pacifistas, los trabajadores marchan separados y solo están cosechando derrotas.
En Túnez, Grecia o Argentina, existen hoy las mejores condiciones para pasar a la ofensiva revolucionaria por el poder y llevar la revolución árabe, europea y latinoamericana a su victoria socialista. Sin embargo, son sus dirigentes reformistas los que impiden esto planteando solo luchas de presión, salvando así el poder de la burguesía y abriendo el camino para su venganza contrarrevolucionaria como vemos en Siria, Ucrania u Honduras. Es por esta razón que el primero de mayo debe servir para continuar el combate contra el capitalismo pero también contra las direcciones traidoras que lo sostienen.
El derrocamiento de Al-Assad, el desarme del fascismo, la destrucción del Estado de Israel, la derrota del imperialismo, todas estas son tareas inmediatas del movimiento obrero mundial que, sin embargo, no podrán ser realizadas bajo la dirección de los que buscan la conciliación con la burguesía ni tampoco de los que ignoran la dialéctica de la lucha revolucionaria. El estalinismo, la socialdemocracia, el seudotrotskismo y todas las distintas variantes de oportunismo y sectarismo pequeñoburgués son el principal obstáculo del proletariado para poner fin a sus padecimientos impuestos por este régimen social caduco. Sin su derrota política en el plazo próximo, el triunfo de la burguesía será inevitable.
¡VIVA EL PRIMERO DE MAYO INTERNACIONALISTA!
¡BASTA DE OPORTUNISMO, VACILACIÓN Y SECTARISMO!
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS POR LA REFUNDACIÓN DE LA CUARTA INTERNACIONAL!